El panorama cambió radicalmente. La imagen de la poca asistencia a los locales habilitados para aplicar las dosis de vacuna contra el Covid-19, que se mantuvo durante varias semanas, mientras las autoridades sanitarias solo habilitaban a los adultos mayores con más de 60 años en adelante, se volvió totalmente distinta durante este último sábado y domingo, cuando se decidió vacunar a los mayores de 55 años en adelante.
Esta vez, la gente de esa franja de edad acudió masivamente, formando largas colas y sometiéndose a penosas esperas de más de siete u ocho horas, en muchos casos. En varios lugares se empezaron a formar filas y a establecer campamentos desde la noche antes para asegurar los primeros sitios, tanto en los sistemas a los que se accedían en vehículos como en la modalidad peatonal. Ni el frío ni la incomodidad fueron obstáculos para las largas jornadas de vigilia en busca de las primeras dosis de vacunas.
En la Costanera de Encarnación, la cola de autos se extendía por largos kilómetros, al igual que en la de Asunción. Muchos ciudadanos lo vivieron como una fiesta de solidaridad y camaradería. En Caacupé se informó que llegaban personas en ómnibus, a caballo y hasta en carretas desde lejanas compañías rurales.
La versión de que la ciudadanía no quiere vacunarse contra el Covid-19 cayó por su propio peso, cuando al final del proceso se estableció que unas 50.000 personas recibieron las dosis en apenas dos días, superando al número de más de una semana de la etapa anterior. Las autoridades sanitarias admitieron que la respuesta de la gente superó todas las expectativas. El domingo hubo que habilitar más locales, luego de que se vieran rebasados por la multitud en la primera jornada del sábado. En algunos locales se acabaron las dosis antes de tiempo y se tuvo que cerrar el proceso más temprano, pero en general hubo buena organización.
La impresionante respuesta de la gente fue una manifestación en favor de la vida y la esperanza de superar la crisis. Ante una fuerte campaña mediática en las redes sociales de internet, con consignas como “¡Vacunas ya!” y “Liberen las vacunas a toda la población”, el Ministerio de Salud anunció que desde ayer lunes se iba a abrir el registro para vacunarse también a los mayores de 18 años de edad en adelante, pero finalmente se hizo ya en la tarde del domingo, con una inmediata respuesta de miles de ciudadanos y ciudadanas que empezaron a inscribirse.
Se sabe que es un registro simbólico, ya que no se cuenta con suficientes vacunas para atender a tanta gente, pero es un paso importante. La valiosa ayuda del Gobierno de México, que envió una partida de 150 mil dosis de la vacuna AztraZeneca, en concepto de donación, permite poder seguir vacunando, pero es urgente que el Gobierno redoble los esfuerzos por conseguir más vacunas para no interrumpir el proceso, como ha ocurrido en la etapa anterior, cuando las pocas dosis de las que se disponía se acabaron muy pronto. La inoculación colectiva es probablemente la única manera en que se podrá obtener la llamada “inmunidad de rebaño” y recuperar la actividad laboral económica y productiva, dándole al país la posibilidad de salir adelante.