09 sept. 2024

Martín Almada, testimonio de resistencia a la dictadura

Martín Almada fue un incansable defensor de los derechos humanos y, como tal, nos deja el valioso testimonio de su tenaz resistencia al autoritarismo y la dictadura. Encarcelado en el campo de concentración de Emboscada por el régimen stronista, entre 1974 y 1978, sufrió torturas sistemáticas. Es uno de los principales responsables del hallazgo de los Archivos del Terror, mediante el cual fue develado el Plan Cóndor, un sistema de cooperación entre las dictaduras del Cono Sur para cazar e intercambiar ilegalmente prisioneros políticos.

En los tiempos que vivimos, con una democracia que se encuentra bajo el asedio de amenazas autoritarias y con un Estado inficionado por el narco y el crimen organizado, es altamente recomendable hacer memoria del alto precio que pagaron miles de paraguayos y paraguayas para defender la democracia y las libertades.

Una de esas personas, precisamente, acaba de fallecer. Se trata de Martín Almada reconocido activista de los derechos humanos, quien opuso una empecinada resistencia a la larga dictadura de Alfredo Stroessner.

El militante de los derechos humanos había padecido encarcelamientos y torturas en plena dictadura stronista, y cuando volvió al país desde el exilio impuesto no descansó en su lucha por hallar justicia y llevar ante la ley a los torturadores y responsables del régimen. Fue en ese proceso que se convirtió en uno de los descubridores de los Archivos del Terror.

Martín Almada nació el 30 de enero de 1937, en Puerto Sastre, actualmente Puerto Esperanza, Carmelo Peralta, en el Departamento de Alto Paraguay. De 1959 a 1974, dirigió junto a su esposa, Celestina Pérez, el Instituto Juan Bautista Alberdi, que propició el acceso a la educación al pueblo; con otros docentes transformó el instituto en cooperativa y aplicó una estrategia que posibilitó la participación democrática, la autogestión y la educación socialmente productiva. Almada estudio Pedagogía y Derecho, y fue el primer paraguayo en obtener un Doctorado en Ciencias de la Educación por la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, en 1974.

Su militancia social y sus escritos científicos publicados le valieron la persecución política en Argentina y Paraguay, específicamente, luego de su tesis doctoral Paraguay: Educación y dependencia, en la Universidad Nacional de La Plata, obra que fue calificada de “subversiva y terrorista” por la Policía Federal Argentina, y le valió un arresto y prisión en condiciones inhumanas.

Durante la dictadura de Stroessner sufrió torturas, las cuales incluyeron a su propia esposa, Celestina Pérez, quien falleció de un infarto al escuchar las sesiones de torturas a las que era sometido el marido Almada. Ella fue enterrada en el patio de su casa, por expresa orden de Alfredo Stroessner. Después de una huelga de hambre, y con el apoyo de instituciones como el Comité de Iglesias y Amnistía Internacional, finalmente Almada fue liberado, se asiló en Panamá. Posteriormente se radicó en Francia e ingresó a la Organización de las Naciones Unidas, cumpliendo funciones de experto para la Unesco.

Al regresar del exilio y tras una extensa búsqueda de 15 años para poder probar con documentos que había sido torturado durante la dictadura de Stroessner en la década de los 70, Almada halló los Archivos del Terror. Acompañado de José Agustín Fernández, se trasladó hasta una estación de Policía en ruinas en la ciudad de Lambaré, a donde llegaron gracias a un informante anónimo, y ahí fue donde se encontraron los documentos –el archivo de la Policía de Stroessner–, donde luego aparecieron las fundamentales pruebas del denominado Plan Cóndor.

A Martin Almada le habían concedido el Premio Right Livelihood, también conocido como Premio Nobel Alternativo, y en el 2021 fue condecorado por el Gobierno de Francia con la Orden de la Legión de Honor por su incansable lucha contra la impunidad de los crímenes de las dictaduras militares latinoamericanas.

Queda para siempre su claro ejemplo de valentía y compromiso incansable por la justicia y los derechos humanos; que su memoria sea una inspiración para los paraguayos, para seguir luchando por un país donde los derechos humanos sean respetados.

Más contenido de esta sección
El proyecto de presupuesto recientemente presentado por el Poder Ejecutivo al Congreso no da señales de los cambios que se requieren para enfrentar los acuciantes problemas de la población. Al contrario, las primeras cifras revelan más de lo mismo, con algunas tendencias negativas, como el fuerte impacto de los servicios de la deuda, el aumento en servicios personales sin la implementación de la carrera del servicio civil y la persistencia de vicios en las contrataciones públicas sin modificaciones estructurales.
El proyecto de Presupuesto 2025 prevé una menor inversión en infraestructura pública, decisión que se acumula ya desde el Presupuesto 2024. La disminución puede afectar negativamente a las posibilidades de crecimiento económico y a la capacidad del país para enfrentar con resiliencia las consecuencias de la crisis climática. Por otro lado, las deudas sociales en materia de agua y saneamiento y vivienda se suman a la baja calidad de la energía eléctrica y de otros servicios públicos indispensables para la productividad y la calidad de vida. Paraguay requiere seguir invirtiendo, pero ello requiere de fuentes de financiamiento genuinas.
Es sin duda un duro revés para los derechos humanos y en este caso en particular los derechos de las mujeres. Las afganas se encuentran enfrentando un oscuro panorama bajo el régimen talibán. Ahora una nueva regulación prohíbe que las mujeres hablen en voz alta en público y muestren sus rostros fuera de sus casas. Esta es una visión inquietante para el futuro de la humanidad, si se permite que la enfermedad del fanatismo siga avanzando, si el mundo permanece indiferente ante estos intentos de suprimir al otro.