Saira Baruja ÚH | @sairabaruja | sairabaruja@gmail.com
Una de las fechas más importantes que viven los paraguayos es el Día de la Madre, la cual sumada a las fiestas de la independencia patria (14 y 15 de mayo), la convierte en una fecha más que festiva.
Pero el Día de la Madre no solo lo celebran las mamás biológicas, las que acogen a sus hijos nueve meses en su vientre; también la conmemoran las que dan a luz con el corazón.
Diana Zoilán (33), contadora, abogada, profesora universitaria y madre de 7 hijos, dio a luz al primero cuando tenía 16 años. Cuatro de sus retoños son biológicos y tres, de corazón. Al menor lo parió con el alma cuando este tenía solo 10 meses.
Junto a su esposo Héctor Rojas (34), crían por igual a hijos y sobrinos en la casa de la ciudad de Villa Hayes desde hace tres años. El corazón de Diana tuvo que parir prematuramente luego del fallecimiento de su cuñado, cuando decidieron solicitar la tenencia de sus sobrinos. La madre biológica de los niños no estaba en condiciones de hacerlo, según contó la abogada.
“Como madre me dolió que cuando le planteamos hacernos cargo de sus hijos, nos dijo sí sin ningún apego o duda. Nos dimos cuenta de que ella no estaba en condiciones de criarlos y asumimos la responsabilidad. Ese mismo día nos preparó las ropas de los niños y los llevamos a casa. Hoy, mis hijos y sus hijos no se tratan como primos, sino como hermanos”
, relató emocionada Diana.
Dos mamás
Una historia parecida es la de Mirtha Vega (42) y Tíffani Celeste (6), quien llegó al seno familiar cuando apenas tenía 15 días de vida. Su “mamá Mirtha”, como le dice, junto con su papá Ramón, se hicieron cargo de ella y hoy tiene una hermana de 11 años y uno de 22.
“Ella es la luz de nuestra casa, llegó en el momento preciso. Es mi hija, y mis dos hijos, Tatiana y José Carlos, la ven como su hermanita. No hay diferencia entre ellos. A todos los criamos igual”, relató Mirtha a ÚLTIMAHORA.COM.
Destacó que no fue fácil, ya que la madre biológica le cedió la tenencia porque fue remitida a la cárcel del Buen Pastor, donde no quería que su hija crezca. Tanto Mirtha como su esposo asumieron el rol de padres con mucho amor y responsabilidad. Hoy, Tíffani va a la escuela al igual que su hermana Tatiana, con quien comparte gran parte del día.
“Ella le conoce a su mamá, hace poco comenzamos a relacionarla con ella y aunque no la vea siempre, sabe que tiene dos mamás”, cuenta Vega.
Una madre en el cielo y otra en la tierra
Ángeles Wolscham (25) sabe que desde los nueve años tiene dos madres, la biológica en el cielo, víctima de un cáncer que la llevó bastante joven; y Elizette Wolscham (29) en la Tierra, su hermana mayor quien asumió el rol de madre desde muy joven.
Elizette cuenta que cuando su madre falleció ella tenía 14 años y su hermana 9. “Durante esos cuatro años, hasta que yo cumpliera la mayoría de edad, estuvimos separadas, pasamos por momentos buenos y malos”, relató, pero asegurando que lo importante siempre fue estar juntas.
La vida de Eli, como le dicen los amigos y familiares, dio un giro intenso porque como ella misma lo dijo, tuvo que ser hermana pero también tuvo que aprender a tener madurez para acompañar a Ángeles durante su crecimiento.“Somos cinco hermanos, pero después de la muerte de mi mamá nos separamos, la mayor vive en Brasil y los otros cuatro estamos en Paraguay. Ahora, después de más de 15 años, hacemos todo lo posible por mantenernos unidos”
, expresó.Aseguró que no pasa un día en que no extrañe a su madre, pero que desde su partida asumió que lo importante era que su hermana tenga en quien confiar, en quien recostarse y quien la críe, tratando de suplir siempre la ausencia de la mamá.
Si hay algo en lo que coinciden la entrevistadas es que las tres, al igual que muchas madres paraguayas que permanecen en el anonimato, luchan todos los días dejando de lado muchas veces sus propios sueños y metas, centradas en formar a esos hijos que la vida les regaló.