Por medio de regalos, Francisco Javier Bareiro, sacerdote de la provincial de Misioneros de Oblato de María Inmaculada, pretendía que un menor de edad accediera a una relación carnal. Según la madre del chico en cuestión, el sacerdote quería “sentir su cuerpo” y ese acoso se dio en varias oportunidades, una de ellas se dio en un retiro espiritual, donde habría intentado manosearle.
El joven asistía a la parroquia para realizar su confirmación y participaba en los retiros organizados por la iglesia, lo que posibilitó que en una de las actividades conozca al cura Bareiro.
La madre comentó que sentían que el sacerdote mostraba cierto afecto hacia el menor de edad, pero jamás imaginaron que ese cariño llegaría hasta a un intento de abuso sexual y una serie de acosos. “Ese padre me quiere demasiado”, dijo la víctima a su madre, según relató la mujer en contacto con la 970 AM.
Después de un tiempo, Bareiro comenzó a entregarle obsequios al joven, hasta llegó a regalarle un celular, antes de ir a un retiro espiritual realizado en la ciudad de Caacupé, viaje que Bareiro supuestamente tomó como gran oportunidad para “tantear” acercase al menor de edad. Desde esta actividad comenzó “el calvario”, ya que se reportó el primer contacto del adulto con el menor. El joven contó a sus padres que el cura lo manoseó.
Después de aquel intento el sacerdote no se contuvo, según la madre, siguió entregando regalos al joven y, con tono de reproche, le envió un mensaje de texto una noche diciéndole: “sabes para qué te cargo el saldo y te regalo cosas, quiero sentir tu cuerpo”, según expresó la madre a la emisora radial.
Tras una serie de acosos que no encontraban un freno, el menor de edad solicitó a sus padres ir a vivir a la Argentina, entendiendo que cuenta con familiares en el país vecino. Se fue un tiempo, pero debió regresar, momento en el cual nuevamente Bareiro insistía con acercarse de forma íntima al ya asustado joven, dijo la mamá.
Así como este menor fue acosado en reiteradas oportunidades, según las denuncias, otros cinco jóvenes fueron víctimas de Francisco Javier Bareiro y de Gustavo Ovelar, ambos sacerdotes miembros de la provincial de Misioneros de Oblato de María Inmaculada.
¿Qué hizo el clero?
Ricardo Valenzuela, obispo de Villarrica, dijo también a la 970 AM que fue Francisco Carrillo, el provincial de los Oblatos en Paraguay, el que decidió enviar a ambos acusados a otro departamento del país, negándose a expulsarlos ante las denuncias, ya que los sacerdotes en todo momento negaron cada delación.
Valenzuela dijo que pese a tener suficientes elementos para separar inmediatamente de la comunidad religiosa a los denunciados por abuso, no actuó en el momento porque nunca antes habían vivido una experiencia así.
“A mí me hizo llegar esta información el superior de los Oblatos, no denuncié porque el Provincial es quien tiene que realizar el procedimiento y para no equivocarnos, obramos conforme al protocolo”, dijo el Obispo de Villarrica a la citada emisora.
Ninguna imputación. Las denuncias constan en la Fiscalía Regional, pero las investigaciones quedaron paralizadas. Hasta el momento no existe ningún imputado a pesar de la cantidad de denuncias contra los mismos religiosos.