Santiago Peña, además de sortear los conflictos propios de la gestión presidencial, cuenta con el desafío de contar con el respaldo de la dirigencia, a la que llenó con promesas de un mejor futuro.
La hoja de ruta de Peña apunta a fortalecer la gestión presidencial, cumplir algunas promesas de campaña en los primeros 100 días, canalizar la inquietud de la dirigencia colorada y encaminar la relación institucional con los demás poderes del Estado, como el Congreso.
Muchos dirigentes aún no fueron tenidos en cuenta por el nuevo gobierno para escalar en la función pública y existe malestar debido a que los parientes y amigos de ciertos políticos son los primeros en ser promocionados.
En noviembre será la primera oportunidad que tendrá Santiago Peña para medir la fuerza de su liderazgo, durante la convención colorada entre los dirigentes. Debe medir su cintura política y apaciguar los ánimos con el sector que está descontento y que buscan posicionarse en el reparto de cargos; lidiar con el ala dura anticartista.
Mientras tanto, crece la inquietud y tensión interna en el Partido Colorado ante la dificultad de ubicar a los operadores que trabajaron durante la campaña electoral. Muchos esperan ser reconocidos y recompensados, sin embargo, observan con recelo que el presidente posiciona a gente cercana de su primer anillo.
La jefa de Gabinete, Lea Giménez, posicionó algunas fichas y maneja varios ministerios. Se menciona como su cercana la ministra Mónica Recalde. También se posicionó Florencia Taboada como ministra de la Juventud.
Asimismo, llevó a la ministra de la Unidad de Gestión de la Presidencia. Se trata de Marta Peña, una funcionaria de carrera en la administración pública. Fue asesora técnica del Gabinete del ministro de Salud Pública durante la gestión de Julio Mazzoleni.
En cuanto al Ministerio de Salud, Lea Giménez también ganó la pulseada y llevó a Teresa Barán como ministra. La misma trabajó por su candidatura al Senado en Itapúa y Lea la presentaba como asesora en la transición.
Primer anillo. El secretario privado del presidente, Jorge Turi Capello, va robusteciendo también su liderazgo y es la Secretaría de Turismo la institución donde recaló y llevó a Angie Duarte como ministra. La misma fue directora general de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción.
Así las cosas, estos cambios en los ministerios bajo los liderazgos del anillo del presidente suponen también movidas internas con promoción para algunos y traslados al frezzer para otros.
Comando político. En el primer anillo presidencial está José Alberto Alderete, quien ya fue su jefe campaña y uno de los responsables del proceso de transición. Tiene como aliados a varios legisladores y posicionó a funcionarios en varios ministerios.
Peña descansa sus hombros en el comando de Honor Colorado como espacio para zanjar la crisis interna y canalizar el clamor de la dirigencia.
En cuanto a la figura del vicepresidente Pedro Alliana, el presidente de la República confía en encaminar los proyectos en puertas a nivel del Congreso, principalmente el Presupuesto 2024, y los proyectos que hacen ruido como la Superintendencia de Jubilaciones. El vicepresidente está logrando mayor sintonía en el Senado, donde hoy el sector oficialista tiene holgada mayoría.
Manejo de la división de fuerzas a nivel del Congreso
Honor Colorado intenta llevar a más senadores y diputados a su sector, fragmentando lo poco que queda. El oficialismo arrancó el primer tramo con una holgada mayoría en ambas cámaras facilitando las negociaciones y proyectos.
Solamente en el Senado, existen tres bancadas de lo que en su momento fue Fuerza Republicana y anteriormente Colorado Añetete.
En tanto, en Diputados, donde los referentes abdistas se jactaban de tener una bancada cohesionada, el lunes pasado, fueron sorprendidos con el acercamiento de cuatro diputados que decidieron formar un sector “independiente”. Se menciona ofrecimiento de cargos y presión detrás de las movidas.
Apenas avisaron la formación de esa bancada, ya fueron recibidos por Pedro Alliana, el vicepresidente, quien ostenta mucho poder en el nuevo gobierno.
El sector de Fuerza Republicana hasta el momento demuestra una frágil reacción ante algunos errores que comete el Gobierno.
Sin embargo, reafirma que seguirá acompañando los planes y proyectos que son impulsados por el presidente Santiago Peña.