La mañana del sábado pasado se vio alterada en la ciudad de Santa Rosa, Misiones, cuando los vecinos se alarmaron por la aparición de un bulto extraño –que se movía espasmódicamente– muy cerca de cerca del parque recreativo de la comunidad.
Primero llegaron los bomberos al ser llamados por los pobladores. Pero como la escena indicaba la comisión de algún delito, convocaron al personal de la Comisaría 5ª de la zona.
“Plata yvyguy es”, pensaron que era. “Vaka ra’y es”, constataron los uniformados al tratar de desanudar la bolsa de arpillera atada con cordón de calzado.
Se trataba de un acto de crueldad animal: Un ternero recién nacido estaba dentro, con el hocico maniatado también con un cordón de calzado.
Los suboficiales David Romero y Brígido Cabrera alzaron al animal a la patrullera, todavía dentro de la bolsa, para los procedimientos de rigor en la sede policial. Se dio aviso inmediato al Ministerio Público que procedió a abrir una investigación sobre el hecho.
La sospecha inicial indicaba que abigeos habían abandonado a propósito al animal que secuestraron para venderlo posteriormente, ya que aún no tiene marca. Los agentes procedieron a rastrear al dueño del animal, ya que no tenían manera de alimentarlo.
Finalmente, en horas de la tarde, las autoridades policiales dieron con el propietario del ternero que, mientras, mugía desconsolado en el patio de la Comisaría como contando lo que le había ocurrido.
Cuando se encontró con su vaca madre, buscó aliviar su pena con el calor de su tibia leche.