23 may. 2024

Lo condenaron a 12 años por robar una mochila; ahora le reducen pena

En juicio oral le habían hallado culpable de hurto agravado, pero en el Tribunal de Alzada le disminuyeron la condena de 12 a 7 años de encierro, ya que fue el único que apeló el fallo.

Hurto. La Mochila hurtada de la vivienda contenía tres celulares, un taladro eléctrico y 40.000 guaraníes, según denuncia.

Hurto. La Mochila hurtada de la vivienda contenía tres celulares, un taladro eléctrico y 40.000 guaraníes, según denuncia.

El Tribunal de Apelación en lo Penal, Cuarta Sala, redujo la pena de 12 a 7 años de cárcel para un hombre que había ingresado a una vivienda y se llevó una mochila, que contenía, entre otras cosas, tres celulares.

La resolución afecta a Arturo Ramón Aquino Fretes, quien había sido condenado en juicio oral, el 10 de abril del año pasado, por los jueces Lourdes Peña, Claudia Criscioni y Blanca Gorostiaga.

El fallo fue dictado en forma dividida por los camaristas Carlos Ortiz Barrios, Emiliano Rolón y Arnulfo Arias. El primero de ellos, votó por la ratificación de lo resuelto por los jueces en el juicio oral.

La apelación fue planteada por el defensor Público, Luis Fernando Silvera, quien solicitó la modificación parcial del fallo, y que la pena sea reducida a 5 años de encierro.

Por su parte, el fiscal Marcial Machado, al contestar el traslado, requirió que la pena sea ratificada. Esto, pese a que, en el juicio oral, había pedido 7 años de cárcel.

LOS HECHOS. Según se probó en el juicio, el 18 de enero del 2017, a eso de las 17.30, el encausado Arturo Ramón Aquino Fretes cortó el alambrado de la cerca eléctrica y trepado la muralla del patio de una casa ubicada en el barrio Roberto L. Pettit, de nuestra capital.

El acusado sacó luego la cerradura de la ventana de blíndex de la casa, ingresó al interior y se llevó una mochila roja. En la misma había 40 mil guaraníes, dos dólares, un auricular, tres celulares y un taladro eléctrico, todos de Rodrigo Cáceres.

El procesado luego salió de la casa con la mochila al hombro, pero un vecino, que fue identificado como Gerardo Arrúa, lo vio y se produjo un forcejeo entre ambos, donde Aquino intentó agredir al vecino con un destornillador, para luego escapar.

En su argumentación, el camarista Emiliano Rolón sostiene que la defensa argumenta que no existe congruencia entre la acusación, el auto de apertura a juicio y la sentencia. Señala que el fiscal había pedido solo 7 años de cárcel.

Según su voto, al que se adhirió Arias, por el principio acusatorio, el ente acusador (fiscal) es el que debe peticionar la dimensión de la pena. Dice que el Tribunal podría apartarse de ello, pero debe examinar ciertos parámetros para advertir al acusado, por el artículo 400 del Código Procesal Penal. Con ello, dice que los jueces no hicieron la advertencia al acusado de esto, como lo remarca la ley, por lo que no podían apartarse de la pretensión.

De esta manera, dice que se debe corregir esta situación, y no hace falta hacer un nuevo juicio oral, por lo que vota por la reducción de la pena a 7 años de cárcel, que fue la solicitada por la Fiscalía.

Arias complementa que al aumentar el tribunal la pena a la requerida por el fiscal, le priva al acusado del derecho a defenderse, pues el monto de la sanción, en caso de haberlo sabido, la defensa se hubiera opuesto.

Por su parte, el camarista Ortiz Barrios considera que la pena aplicada es justa, por lo que vota por la confirmación del fallo.

Más contenido de esta sección
Demasiados episodios grotescos en una semana como para no dedicarles unas líneas.
Tras las impactantes revelaciones que se obtuvieron con la operación Dakovo, que logró exponer tan explícitamente los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas, sobrevino una situación por de más escandalosa: la implicación de altos militares en actividades criminales. Esta fue sin dudas una dolorosa comprobación del elevado nivel de infiltración del poder mafioso dentro de las instituciones del Estado paraguayo. Además de ser profundamente vergonzoso, esto implica un ataque a la democracia.
El Congreso Nacional rompió récord esta semana con el proyecto de la ley de superintendencia; los senadores tardaron 15 minutos para aprobar; los diputados 11 minutos. En una convulsionada jornada, los diputados también aprobaron ley que suaviza penas para corruptos y los senadores salvaron al cartista Hernán Rivas, acusado de tener un título falso de abogado. Y como les quedó tiempo, también mutilaron la ley de puerta giratoria. Este es el espantoso combo navideño que el Parlamento le ofrece al pueblo paraguayo.
Los impactantes resultados de la operación Dakovo lograron exponer en forma explícita los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas. En nuestro país, logró la detención de más de una decena de personas involucradas en un esquema de tráfico internacional de armas y una nota gravísima, entre los detenidos están un militar de alto rango así como ex funcionarios de la Dimabel. Es muy preocupante la manera en que la mafia y el crimen organizado están socavando nuestra soberanía y nuestra democracia.
No fabricamos armas, pero las comercializamos en cantidad industrial. No producimos cocaína, pero el país es depósito, ruta y puerto de embarque de cantidades industriales que llegan a los principales mercados del mundo.
Eduardo Nakayama abandona el PLRA. Solo y apresuradamente, dicen. Quién sabe. Explica que no ve ninguna posibilidad de que su partido pueda desprenderse de la infiltración cartista. Desde adentro ya no hay nada que hacer, sostiene.