Existen “dos caminos”. Y es Jesús, con sus “gestos de cercanía”, quien nos da la indicación justa sobre qué camino tomar. Por una parte está el camino de los “hipócritas”, que cierran las puertas a causa de su apego a la “letra de la ley”. Por otra, en cambio, está “el camino de la caridad”, que pasa “del amor a la auténtica justicia que está dentro de la ley”. …
…E irrumpe en la escena un hombre enfermo. En ese momento Jesús les dice a los fariseos: “¿Es lícito curar los sábados, o no?”. La pregunta de Jesús, añadió el Papa, es “una pregunta sencilla pero, como todos los hipócritas, callaron, no dijeron nada”. Por lo demás, observó, “callaban siempre cuando Jesús los ponía ante la verdad”,; aunque “después hablaban mal por detrás” y “buscaban cómo hacer caer a Jesús”.
En concreto, afirmó el Pontífice, “esta gente estaba tan apegada a la ley que había olvidado la justicia; tan apegada a la ley que había olvidado el amor”. …
Precisamente este modo “de vivir, apegados a la ley, les alejaba del amor y de la justicia: cuidaban la ley, descuidaban la justicia; cuidaban la ley, descuidaban el amor”. Sin embargo, “eran los modelos”. Pero “Jesús para esta gente encuentra solamente una palabra: ¡Hipócritas!”. …
…Es precisamente “el camino contrario: del amor a la integridad, del amor al discernimiento, del amor a la ley”. Pablo, en efecto, afirma que hay que rezar “para que vuestra caridad, vuestro amor, vuestras obras de caridad os lleven al conocimiento y al pleno discernimiento”. Precisamente “este es el camino que nos enseña Jesús, totalmente opuesto al camino de los doctores de la ley”. Y “este camino, del amor a la justicia, lleva a Dios”. Solo “el camino que va del amor al conocimiento y al discernimiento, a la realización plena, lleva a la santidad, a la salvación, al encuentro con Jesús”. …
(Frases extractadas de https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2014/documents/papa-francesco_20141031_ley-carne.html).