Cada 3 de noviembre las filas eran interminables para llegar hasta el presidente y saludarlo. Los gestos iban desde un movimiento de cabeza hasta un abrazo, dependiendo de la cercanía que tenía el visitante con el dictador.
Este ritual proviene de la época colonial se trata del tradicional “besa mano” que Stroessner puso en práctica. Este evento incluso se transmitía en directo, a través de la única Teledifusora de entonces, recuerda el historiador y analista, Herib Caballero.
Con relación a la vigencia de este festejo, especialmente en el barrio San Pablo, donde además sigue existiendo el Club 3 de Noviembre en homenaje al ex mandatario, Caballero explicó que en el lugar “había un culto a su personalidad” porque fue uno de los primeros barrios planificados de Asunción que construyó el Gobierno. Para el efecto se entregaron tierras públicas, pero solo a los leales del presidente, un tipo de prebendarismo que hace que hasta hoy día sus pobladores se sientan agradecidos, relata.
Si bien la admiración hacia el “general” va disminuyendo, al historiador le llama la atención que a 27 años de la caída de la dictadura se siga haciendo “apología” a su régimen. Esto se puede visualizar a través de las redes sociales, donde varios internautas desearon hoy un “feliz cumpleaños” a Stroessner.
Al ser consultado sobre la causa de la persistencia de este comportamiento, dijo que los actos de corrupción, violencia, prebendarismo y asaltos hacen que se añore el régimen autoritario. “Se creó todo un mito de que en esa época se vivía en paz, de que todo funcionaba, que todo estaba bien y en orden”, refirió.
Sin embargo, este pensamiento se extiende a más de la mitad de la población latinoamericana que estaría de acuerdo con un “gobierno fuerte que le solucione el problema de inseguridad”.
“Es un problema que adolecemos la gran mayoría de los países. A excepción de Chile y Uruguay”, comentó Caballero.
Incapacidad. Para Guillermina Kannonikof, quien sufrió torturas y perdió a su marido, Mario Schaerer Prono, durante la dictadura, esta admiración a Alfredo Stroessner se debe a la incapacidad de los gobiernos de dar un impulso a la educación, donde la memoria histórica ocupe un lugar importante.
“La recuperación histórica es lo único que puede salvar a este país de cometer los mismos errores que se cometieron durante mucho tiempo y que seguimos acarreando hasta hoy”, manifestó.
Recuerda que cada 3 de noviembre había “filas de lamebotas que vendían loas al Stroessner... su cumpleaños se festejaba como si fuera el santo patrono de Paraguay”.
Lamenta que a pesar de la democracia instalada tras el golpe de 1989 los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial no operen de manera independiente. Critica principalmente al primero, pues es una de las activistas que protesta contra la polémica condena de los presos de Curuguaty.
Placas. En coincidencia con el cumpleaños 104 de Alfredo Stroessner, el Senado tiene como uno de los puntos del orden del día el proyecto que pretende retirar las placas de gratitud al dictador de todas las instituciones públicas.
El año pasado se había creado un conflicto al respecto, pues un grupo de estudiantes del Colegio Técnico Nacional retiró la placa, lo que provocó una reacción de otro sector que argumentaba su “valor histórico”.
Herib Caballero aclaró que estos objetos no serán destruidos en caso de que se retiren, sino que serán trasladados a un lugar determinado para su resguardo. Este proceso de desclasificación se había realizado en otros países como Alemania y España.
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