Muchas veces nos preguntamos si la adicción a la comida realmente existe, así como se da con las sustancias, los videojuegos, entre otros factores. Al respecto, una investigación nos despeja esa duda y advierte que las personas sí pueden llegar a ser adictas a los alimentos.
Se trata de un trabajo internacional en el cual participó el especialista de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), el doctor y docente Julio Torales, jefe del Departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas.
En el artículo, que fue publicado en la prestigiosa revista The Journal of Nervous and Mental Disease, el educador señala que la adicción a la comida se asocia con disfunciones en el circuito de recompensa, como la hiperreactividad durante la exposición a sabores de alto contenido calórico en individuos con sobrepeso y obesidad.
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Indica, a su vez, que al igual que las personas adictas a las drogas, los adictos a las comidas tienen un menor control autorregulador “apoyado en la desregulación del circuito frontoestriado cerebral”.
Asimismo, asegura que tanto la adicción a la comida como los trastornos alimenticios y la obesidad están interrelacionados entre sí.
En tanto, los investigadores manifiestan la importancia de que las personas puedan reconocer esta adicción entre los individuos afectados por la obesidad y en aquellos candidatos a cirugía bariátrica, que se realiza para ayudar a perder el exceso de peso y reducir el riesgo de padecer problemas de salud potencialmente mortales relacionados con el peso.
“La adicción a la comida puede impedir la pérdida de peso y aumentar la probabilidad de recuperar el peso cuando se asocia con rasgos de personalidad, como el neuroticismo y la impulsividad”, asevera Torales en su escrito.
Sobre estos dos últimos factores, señaló también que están vinculados con los trastornos del estado de ánimo, la ansiedad y las conductas adictivas.