La agente del Ministerio Público indicó que están en la mira los policías que cumplen servicio en la Subcomisaría 13ª del barrio San Miguel de la mencionada ciudad, que fueron denunciados por omisión de auxilio y otras diligencias.
Marcelo Caballero, hijo de una de las mujeres que fue asesinada, expresó que cuando le avisaron de lo sucedido, fue a la casa de su madre y ya se encontró con el procedimiento policial.
Los intervinientes le habrían dicho que no podía ingresar porque todos los miembros de la casa estaban muertos.
Aún así, el joven cuenta que logró ingresar a la casa, encontrando a su hermanito de 11 años todavía con vida, al igual que su hermana de 18 años, que están ahora internados en el Hospital de Trauma.
A raíz de este dato, la fiscala Martínez fue hasta la sede policial para requerir algunos documentos como actas de procedimientos y la nómina de agentes que participaron de la intervención.
“Solicité informes a la Comandancia de la Policía sobre todo de las grabaciones del sistema 911; si es que los policías comunicaron o no que había personas con vida”, explicó la fiscala.
Otro de los puntos que están en investigación es el actuar de los agentes de la Subcomisaría 13ª, que también fueron a verificar una llamada hecha por el suboficial Isidro Casco, autor del múltiple homicidio, horas antes de la masacre.
LLAMADA. Los investigadores ya confirmaron que el suboficial llamó al sistema 911 y que su denuncia ingresó alrededor de las 02:35 de la madrugada.
Casco habría mostrado actitudes de estar paranoico, diciendo que habían intentado ingresar a su casa para robar.
Los agentes policiales que fueron a verificar su denuncia, lo habrían encontrado con dos armas y visiblemente alterado.
Sin embargo, a pesar de esto, no lo desarmaron, sino que al percatarse que no habían indicios de robo en la casa, se retiraron del lugar, dejándolo en la casa con sus armas. En el informe de los uniformados, según explicó la fiscala, no constaba que el suboficial Casco haya recibido a sus camaradas con dos armas y tampoco se detalló que estuviera alterado o bajo efectos de sustancias ilícitas.
Los investigadores están esperando los resultados de unas pruebas para determinar si Casco consumió algún tipo de drogas antes del crimen.
El policía acabó con la vida de sus suegros, Alberto de la Cruz Riveros Benítez (51) y Amalia Portillo (50), de sus hijos de 2 y 1 año y su cuñada de 16 años en la madrugada del viernes 3 de julio.
Examen a policías
Ricardo Riquelme y Soledad Charotti, padres de Lucas, el niño de seis años que fue herido por policías, se presentan hoy a la Comandancia para solicitar que se le practiquen exámenes psíquicos a los uniformados. La pareja está acompañada por el abogado Rafael Fernández que los está asesorando legalmente. Después de la institución policial, afirman que pasarán al Congreso para presentar el mismo escrito con el que buscan evitar que otras personas sean víctimas de los llamados gatillo fácil.