Esto explica que los trabajadores por cuenta propia y los sectores de menores ingresos experimentaron mejoras, los asalariados privados y el quintil más alto de la población registraron caídas. Es decir que los ingresos del quintil 1 (el 20% más pobre) aumentaron un 16,6%, y los del quintil 2 lo hicieron en 14,1%. Incluso el quintil 3 mostró un avance del 6,1%.
Estos datos sugieren una leve reducción en la desigualdad, dado que los sectores con menores ingresos fueron los que más crecieron en términos reales.
“En contraste, el quintil 4 se redujo levemente (-0,7%) y el quintil 5 –el de mayores ingresos– cayó un 7,9%, marcando un cambio significativo en la distribución del ingreso”, sostuvo.
De esta manera, el desempeño por categoría ocupacional al segundo trimestre del 2025 para trabajadores por cuenta propia, +5,2%; empleadores, +2,2%; empleados públicos, -1,5% en total, aunque los formales dentro de este grupo crecieron 6,2%; empleados privados, -2,6%, con una caída más fuerte en el sector informal (-5,1%), las trabajadoras domésticas, retroceso general (-0,8%), con mayor impacto en el segmento informal (-6,1%).
En ese sentido, Ibarrola mencionó que el sector formal en general mostró mejores resultados que el informal, especialmente entre empleadores y empleados públicos.
UN MERCADO LABORAL FRAGMENTADO. “El informe confirma que la informalidad sigue siendo el talón de Aquiles del mercado laboral paraguayo (afecta a casi el 60% de los asalariados). Los asalariados informales, particularmente en el sector privado y en el trabajo doméstico, sufrieron las mayores pérdidas de poder adquisitivo”, indicó.
No obstante, por otro lado, la recuperación del ingreso en los trabajadores independientes y en los quintiles más bajos da señales de dinamismo en segmentos tradicionalmente rezagados.
“Los datos reflejan una tendencia distributiva inusual: los sectores de menores ingresos mejoraron con fuerza (aunque aún con un nivel muy bajo), mientras que el estrato más alto vio reducirse su ingreso real. Esto plantea desafíos y oportunidades para la política económica: profundizar la formalización laboral, sostener el crecimiento de los ingresos en la base de la pirámide y reducir la brecha en los sectores más vulnerables”, explicó Ibarrola.
Anteriormente indicó que el ingreso nominal aumentó en 3,87%, 3,43% y 12,2% para los empleados públicos, privados e independientes, respectivamente. Sin embargo, señaló que la única categoría que pudo ganarle a la inflación (aumento real) fue la de los trabajadores independientes con 7,9%.
Entretanto, si se considera el inicio del gobierno del presidente Santiago Peña, el poder adquisitivo se redujo en 1,12% para los empleados públicos y 3,87% para los privados.
OCUPACIÓN NETA ES DIFERENTE A DATOS DEL INE. Para el economista, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), sobre nuevos ocupados, no refleja el neto real.
Según explicó, si bien la comparación con el mismo trimestre del año pasado arroja un total de 124.548 nuevos empleos. Pero, dado el comportamiento fluctuante, si se toma el neto desde el inicio del gobierno, los nuevos ocupados dan un neto de 74.322, contrario a los que sostiene el Ejecutivo.
“De la misma forma, la comparación interanual arroja 39.939 nuevos trabajadores formales. Pero, tomado el acumulado de este gobierno, suman únicamente 18.308. La formalidad de los asalariados cayó casi 0,7 puntos porcentuales con relación al año anterior y 2 puntos porcentuales con relación al pico de 42,3% registrado en el último trimestre de 2024, para ubicarse en 40,4%”, mencionó.