Se hicieron doce operativos, en conjunto por la Fiscalía, la Policía y funcionarios de la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar).
“Nuestra intervención es la verificación de las explotaciones clandestinas, lo que hay detrás. Es todo lo que implica la explotación en el ámbito social, con una participación activa de niños”, explicó.
Ante la consulta de si estos casos podrían estar ligados al lavado de dinero, expresó que “se maneja mucha información en cuanto a esa situación”. Sin embargo, sostuvo que todo dato recibido deben “verificar y acreditar su certeza”.
Por otra parte, expresó que las implicancias sociales alrededor de la explotación de las tragamonedas son más que claras, “en cuanto al movimiento de dinero de manera irregular, y la utilización de esa situación para el microtráfico, eso es algo indiscutible y que nos constan durante nuestro trabajo investigativo previo”.
Según Ávila, en una incursión anterior, realizando este tipo de incautaciones, vieron que el caso guardaba relación concretamente con el tráfico de drogas y que la cantidad de dinero habla de cómo se manejan.
PROVEEDORES. Además, se investiga a terceros, que son los proveedores que tienen en común estos locales y que recaban cierto porcentaje de la recaudación.
Ellos ponen las máquinas, y cada cierto día van a retirar el dinero. Ya hay nombres de esos propietarios y se verificarán si corresponden.