El reconocimiento internacional del potencial energético de Paraguay abre una ventana estratégica para convertirnos en un hub regional para la industria digital. ¿Cómo convertir esta oportunidad en desarrollo real?
Paraguay se encuentra ante una oportunidad sin precedentes: utilizar su energía limpia y firme para convertirse en un actor clave de la transición energética y digital global. La reciente mención del país en el Senado de los Estados Unidos por parte del Secretario de Estado Marco Rubio, quien lo destacó como destino estratégico para centros de datos e Inteligencia Artificial (IA), refleja el creciente interés global por Paraguay.
Este interés se da en un contexto donde la combinación de una matriz energética renovable y una política de promoción de inversiones en tecnología digital posicionan al país como un actor a observar. En un mundo donde la demanda energética vinculada a la IA crece aceleradamente, contar con energía renovable, firme, disponible y competitiva es, sin duda, una ventaja estructural.
Sin embargo, esta ventaja por sí sola no es suficiente para atraer el tipo de inversiones necesarias para desarrollar una industria digital sólida. Para traducir el potencial en desarrollo concreto, es necesario fortalecer otros componentes clave del ecosistema digital, además de la disponibilidad de energía en el corto plazo. Si bien se han dado pasos desde el sector público —como las propuestas para parques tecnológicos o la inclusión del tema en agendas sectoriales— aún se requieren políticas más integrales y coordinadas para convertir el interés en inversión real y sostenida.
Hay tres pilares estratégicos que pueden consolidar a Paraguay como polo de innovación digital:
1) Conectividad digital robusta: avanzar hacia una infraestructura de fibra óptica redundante y de alta capacidad es clave. Si bien el tema ha sido incorporado en la agenda pública, aún se requieren medidas concretas y sostenidas para mejorar la resiliencia y calidad de las conexiones internacionales, y mejorar la posición de Paraguay en rankings internacionales como el NRI. En la edición 2024 del Network Readiness Index (NRI), Paraguay obtuvo una puntuación de 42.26, ubicándose en la posición 94 entre 133 países evaluados. El NRI mide la preparación de las economías para aprovechar las tecnologías digitales, evaluando los pilares: Tecnología, Personas, Gobernanza e Impacto. De estos cuatro pilares, Paraguay tiene el peor puntaje en tecnología (30,40 de 100). La puntuación relativamente baja en el pilar de Tecnología sugiere desafíos en la infraestructura digital del país, como la necesidad de mejorar la conectividad de fibra óptica y la redundancia en las redes internacionales. Para atraer inversiones en centros de datos especializados en inteligencia artificial, es crucial fortalecer estos aspectos, asegurando baja latencia y alto ancho de banda.
2) Capacidad energética para el futuro: Hoy, el sistema eléctrico paraguayo enfrenta el riesgo de agotamiento de excedentes a partir de 2027 si no se incorporan nuevas fuentes. Las proyecciones del propio sector eléctrico advierten que, si no se toman decisiones pronto, el país podría enfrentar restricciones en el uso de su energía excedente. La demanda está creciendo rápidamente, llegando a tasas de crecimiento de más del 18%. En este sentido, inversiones clave como las 22 pequeñas hidroeléctricas, los proyectos de parques solares y otros proyectos de generación incluidos en el Plan Maestro de Generación de la ANDE 2024-2043 son importantes, pero es importante que se encuentre un camino para ejecutar estas inversiones con mayor celeridad y agilidad, y sobre todo que estas iniciativas se sincronicen con el crecimiento de industrias de alto consumo como los centros de datos.
3) Entorno normativo y operativo atractivo: Paraguay puede destacarse como destino de inversión si establece medidas para facilitar procesos para la importación de bienes de capital para la tecnología, formación técnica especializada y el desarrollo de marcos regulatorios modernos, incluyendo mecanismos de establecimiento de tarifas de energía eléctrica previsibles y contratos de suministro a largo plazo para este tipo de inversiones. Es necesario un marco normativo moderno, que contemple la expansión del sector digital con reglas claras sobre integración energética, seguridad e incentivos fiscales.
El interés internacional es real, y las condiciones de base están. El desafío ahora es alinear voluntades y acelerar acciones para estar a la altura de nuestro potencial.