Tras el rezo del Regina Coeli en la plaza de San Pedro, el Papa pidió “confiar a la Virgen el ardiente deseo de paz de tantas poblaciones en el mundo que sufren el insensato desastre de la guerra” y también por los “sufrimientos y lágrimas de los ucranianos”.
“Ante la locura de la guerra continuemos rezando el rosario”, dijo Francisco recordando la iniciativa de rezar durante todas las tardes un rosario para la paz.
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“Y recemos para que los responsables de las naciones no pierdan el sentir de la gente que quiere la paz y saben bien que las armas no la traen nunca”, añadió.
En una reciente entrevista en el diario Corriere della Sera, sobre si es lícito el envío de armas por parte de los países a Ucrania, el Papa respondió: “Estoy demasiado lejos de la pregunta de si es correcto abastecer a los ucranianos. Lo que está claro es que en esa tierra se están probando armas. Los rusos ahora saben que los tanques sirven de poco y están pensando en otras cosas. Las guerras se libran para esto: Para probar las armas que hemos producido”.
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Días atrás el papa Francisco aseguró que todas las guerras son “crueles y sin sentido”, pero que la que se está librando desde hace más de dos meses en Ucrania a consecuencia de la invasión rusa “tiene una dimensión mayor y amenaza al mundo entero”.
El pontífice, que ha condenado en numerosas ocasiones la guerra en Ucrania, ha mostrado la disponibilidad del Vaticano a “hacer todo lo posible” para ayudar a lograr una solución pacífica.
Incluso ha llegado a pedir una reunión en Moscú con el presidente ruso Vladimir Putin, para pedirle que detenga el conflicto, pero aún no ha recibido respuesta, según señaló en una reciente entrevista en el diario Corriere della Sera.
Francisco explicó entonces que sí ha conversado con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, pero aún no ha hablado con Putin, y que después de 20 días de guerra pidió al cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, que enviara al presidente ruso el mensaje de que estaba dispuesto a ir a Moscú.