“Cuántos Lázaros mueren frente a la avaricia que olvida la justicia, el beneficio que pisotea la caridad, a la riqueza ciega frente al dolor de los necesitados”, expresó el pontífice, que hizo referencia a la parábola de Lázaro durante su homilía con motivo del Jubileo de los Catequistas, celebrada en la Plaza de San Pedro ante más de 35.000 fieles.
Una situación “muy actual” y que, según afirmó, “nada parece haber cambiado a lo largo de los siglos”.
“El hombre que vive en la abundancia, en cambio, no tiene nombre, porque se pierde a sí mismo, olvidándose del prójimo. Está disperso en los pensamientos de su corazón, lleno de cosas y vacío de amor. Sus bienes no lo hacen bueno”, relató León XIV.
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El papa reflexionó sobre cómo la avaricia y la indiferencia siguen siendo tentaciones en la actualidad, y destacó que “los muchos Lázaros de hoy” nos recuerdan la palabra de Jesús, convirtiéndose en una “catequesis aún más eficaz” durante este Jubileo, que definió como “un tiempo de conversión y de perdón, de compromiso por la justicia y de búsqueda sincera de la paz”.
Recordó también que, “por una singular coincidencia”, el pasaje evangélico de este domingo coincidía con el que el fallecido papa Francisco pronunció durante el Jubileo de los Catequistas en el Año Santo de la Misericordia, el Jubileo extraordinario convocado por el pontífice argentino en 2015.
León XIV se dirigió especialmente a los catequistas presentes en Roma, animándolos a continuar su labor de formación en la fe.
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“El Catecismo es el ‘instrumento de viaje’ que nos protege del individualismo y las discordias, porque confirma la fe de toda la Iglesia católica”, dijo.
Según el papa “los catequistas enseñan” y “dejan un signo interior”, pero “cuando educamos en la fe no hacemos un adiestramiento, sino que ponemos en el corazón la palabra de vida, para que produzca frutos de vida buena”.
Durante la misa dominical fueron instituidos 39 nuevos catequistas laicos de varios países a los que el papa les entregó una cruz.
Fuente: EFE.