La reacción del gobierno se da justo después de las elecciones en los Estados Unidos. Peña esperó la victoria de Donald Trump para ratificar la candidatura, ya que este país es el principal financista de la OEA y el Gobierno paraguayo mantiene elevadas tensiones con la gestión de Joe Biden por las sanciones contra Horacio Cartes.
El ministro de Relaciones Exteriores negó que alguna vez haya estado en duda su candidatura cuando fue el mismo vicecanciller Víctor Verdún el que hizo el anuncio en medio del 55 Periodo Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General de la OEA, en Washington, supuestamente, por estar en desacuerdo con el presupuesto aprobado por el organismo para el 2025. “La candidatura nunca estuvo en duda, lo que nosotros hemos llamado la atención es que necesitamos una organización fortalecida que nos resuelva los desafíos que tenemos por delante en la integración hemisférica. Y obviamente hay efectos administrativos que fueron tratados y que son relevantes para el futuro de la organización”, expresó Ramírez.
Un día antes, Peña aseguraba que la candidatura del canciller, que necesita 17 votos, era la más importante y la más firme. Ramírez Lezcano se postula en reemplazo de Luis Almagro para el periodo 2025-2030, que se elige en marzo, y su principal competidor es Albert Ramdinn, de Surinam.
El presidente indicó que “hubo algunas especulaciones” y que Paraguay solo tuvo objeciones con el presupuesto. “No parecía correcto que en medio de un proceso de elección se esté discutiendo disminución de gasto, venta de activos (de la OEA), que parecería ser más una represalia hacia la gestión del actual secretario general Luis Almagro, que realmente discutir cuál es el rol que queremos darle”, expresó Peña.
La elección en EEUU es clave además porque el gobierno de Peña hasta pidió la salida del embajador Marc Ostfield de Asunción y, por otro lado, impulsa una ley para debilitar a las organizaciones de la sociedad civil que es rechazada por Washington y que coincidentemente también está siendo dilatada.