Obtener mucho dinero “de repente”, es decir, en cantidades diferentes a las se está acostumbrado a manejar, puede generar dificultades, porque no se está habituado a tomar decisiones con los límites propios, opina Orlando Pérez, administrador, conferencista, consultor y capacitador de empresas en Paraguay, Argentina, Brasil y Bolivia.
Por ejemplo, cuando un jugador de fútbol firma un contrato importante y millonario, la gente dice: “Esa cifra no me entra en la cabeza” o “no me imagino cuánto es esa cifra”, etc. destaca.
En ese sentido, aconseja no pensar y hacer nada de golpe. “Antes se debe pensar y aprender a vivir de una forma diferente y eso debe ser natural. Entonces uno de los desafíos es cambiar la forma de pensar”, explicó.
El experto sostiene además que tener mucho dinero en forma repentina a través de sorteos, herencias, y otros, como el caso del joven de René Ortega, y más aún considerando que existe de por medio tanta publicidad, atrae a todo tipo de oportunistas que constantemente están buscando la posibilidad de “compartir la suerte”.
El experto en administración aconseja a René a acostumbrarse a seguir los pasos del éxito (info) y a pensar diferente.
Detalló que él primero debe cambiar su estilo de vida. “Debemos aprender a ser, independientemente de lo que tenemos, disfrutar las cosas de la vida, y no correr detrás del viento, porque muchas cosas o personas que se acercan después de tener dinero, si no lo hicieron antes, también se irán cuando el dinero termina”, refiere.
Pérez agrega que si no se usa el dinero para hacer más dinero y sólo se gasta, tarde o temprano se terminará y se esfumará como una estrella fugaz.
¿Cómo manejar el dinero?.
1. Comprender qué tipo de recursos se tiene.
2. Saber qué cantidad realmente necesito ahora, sin cambiar mi estilo de vida ni aumentar los gastos.
3. Si la cantidad que se tiene es mayor de lo que ahora se gana, es mejor establecer cuál es el monto de la diferencia y cómo estoy consiguiendo para no caer en el error de pérdidas.
4. Establecer de acuerdo al monto una división del mismo para aplicar a diferentes situaciones: por ejemplo, un 20% para dejar en depósitos, un 30% para encarar un negocio.
5. Todas las decisiones debe tomarla la persona interesada, no debe trabajar con representantes, por más entendido que sea, pues la responsabilidad debe ser siempre suya.
Fuente: Orlando Pérez, administrador, conferencista, consultor y capacitador internacional de empresas.