Resulta ocioso mostrar sorpresa ante los más recientes sucesos que enlutan todavía más a nuestro país. Cada nuevo hecho es resultado de la impunidad que va debilitando cada vez más a nuestra democracia y nuestro Estado de derecho. El crimen del teniente coronel Guillermo Moral, quien se había negado a ingresar un teléfono celular al Penal Militar de Viñas Cué para Miguel Tío Rico Insfrán y, a la vez, rechazar un millonario soborno del acusado de narcotráfico, lavado de dinero y asociación criminal es una alerta para la sociedad toda.
En un caso de sicariato fue muerto a tiros el teniente coronel Guillermo Moral Centurión, de 44 años, efectivo militar y alumno de la carrera de Derecho en la Universidad Nacional. De acuerdo con los antecedentes, el 25 de mayo de 2023 había ingresado a la cárcel de Viñas Cué el narcotraficante Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, a quien intentaron hacer llegar un teléfono celular escondido en un paquete de yerba. Dicha encomienda fue entregada a Moral, a quien le ofrecieron la suma de G. 10 millones, pero este se negó a recibir el dinero, y después denunció el hecho.
Este no es –tristemente– el primer caso de sicariato acometido en una ciudad del país, en un lugar público donde está expuesta la población. Recordemos el caso del asesinato por encargo de Ederson Salinas Benítez, conocido con el alias Ryguasu y por ser sucesor de Sergio de Arruda Quintiliano, alias Minotauro, ultimado a tiros en un concurrido supermercado de Asunción; también mencionamos al empresario Mauricio Schwartzman, asesinado en 2021 por sicarios frente a su domicilio en el barrio Jara de Asunción. Con el tiempo la población parece, lamentablemente, haber empezado a normalizar estos hechos, abonada esta situación por la terrible impunidad reinante en el país.
Tampoco podemos dejar de lado el dato dado a conocer en 2023 por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, cuando señaló en su reporte sobre los niveles de crimen organizado a nivel mundial, que Paraguay es el cuarto país en todo el mundo que lidera este ranking, aunque la lista está liderada por Birmania (Myanmar), seguida por Colombia y México.
Los expertos habían señalado que todo en Paraguay es perfecto para el avance del crimen organizado, desde el territorio hasta la debilidad institucional, y afirmaban que todo es propicio para el desarrollo del crimen y que por eso el país se volvió el paraíso para las organizaciones criminales. Es preocupante que, con el correr de los años, la principal crítica se ha ido acentuando: Un motivo por el que aumenta la criminalidad en Paraguay es la debilidad del Estado.
Según el Global Organized Crime Index, el mercado criminal es facilitado por actores vinculados al Estado, de ahí que estos actores/funcionarios no solo facilitan las actividades criminales, sino también crean obstáculos para procesar a los actores criminales, lo que deriva en la impunidad.
La complicidad de funcionarios, de distintos niveles, se da por la extendida corrupción, y que al final desemboca en la impunidad de delincuentes y criminales. Una vez que se ha llegado a este punto, de nada siven las aparatosas declaraciones de guerra al crimen organizado y a la narcomafia, pues a diario la democracia y el Estado de derecho están siendo degradados. Por todo esto, tengamos presente el gran desafío que supone hacer justicia en el Operativo A Ultranza Py que había expuesto la permeabilidad del narcotráfico en las esferas del Estado y mostró que traficantes y lavadores de dinero estaban relacionados con empresas de fachada que comprometía a políticos, funcionarios, proveedores del Estado, parlamentarios y otros.
Mientras no haya una Justicia igual para todos y todas, mientras no se acabe con la corrupción, la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades para la población y, en particular, para la juventud seguirá creciendo la impunidad para aquellos que prefieren acumular dinero sucio del narco y el crimen organizado. Es hora de que nuestra clase política y la económica opten por el Paraguay, por su democracia y Estado de derecho, que se decidan a defender al país y su gente y para derrotar a la mafia y el crimen organizado.