Un trabajo emprendido por los periodistas Andrés Colmán Gutiérrez y Claudia Cardozo reveló lo que el Gobierno trató de ocultar: La explosión en una de las represas más importantes del país provocó una contaminación sin precedentes con Askarel.
“No solo fue el accidente más grave que hubo en una represa hidroeléctrica, en toda América Latina, sino también se produjo el mayor daño ecológico al arrojar los casi 600 litros del tóxico aceite PCB a las aguas del río Paraná, pero las autoridades nunca alertaron del hecho ni a la población ni a los organismos ambientales”, había dicho en su momento Luis Alberto Fernández, uno de los técnicos que resultaron afectados por la contaminación posterior a la explosión de los dos reactores de la represa Acaray II, de Hernandarias, ocurrida el 28 de abril de 2004.
“Una parte del aceite que había en los reactores quedó impregnado en el piso y en las paredes de la sala de máquinas, donde sucedió la explosión. También penetró en el organismo de los 4 compañeros que estaban allí en ese momento. Pero la mayor parte salió por los tubos y los cables que llevan directamente a las aguas del río Paraná. Es un volumen demasiado grande para un producto que es altamente venenoso y que tarda entre 70 a 100 años en desaparecer”, reveló.
El gobierno de Nicanor Duarte Frutos no dio importancia a lo ocurrido y no se llegó a investigar el daño que provocó la contaminación con Askarel en el río Paraná.
Aquel reportaje fue realizado en el año 2009 y fue publicado en el suplemento “Hora del Este”.
Este miércoles, nuevamente el Askarel está en boca de todos tras el incendio en el predio de la ANDE en la ciudad de San Lorenzo. Según datos, vetustos transformadores que se encontraban en el sitio tenían el aceite, por lo tanto el humo contiene esta sustanciua altamente cancerígena.
El Ministerio de Salud insta a pobladores de las zonas aledañas a la subestación a tomar precauciones y preferentemente evacuar sus casas.
Desde la ANDE existe el mismo hermetismo que hace 11 años atrás, incluso señalan que los transformadores no contenían Askarel. Lo cierto es que el peligro sigue latente y el Ministerio de Salud insta a pobladores de las zonas aledañas a la subestación a tomar precauciones y preferentemente evacuar sus casas. Incluso se analiza una posible evacuación del Hospital de Clínicas.