Un niño de cuatro años que se encontraba con sus padres en un local comercial del barrio Obrero de Asunción casi pierde la vida al atragantarse con un pedazo de paleta. Afortunadamente, en el sitio se hallaba un bombero voluntario, quien logró auxiliarlo mediante la técnica de Heimlich.
Se trata de Ricardo Vera, un voluntario de la Novena Compañía de Villa Elisa, Departamento Central, quien señaló a Última Hora que el hecho ocurrió el pasado 2 de setiembre en el comercio de su hermana, donde había ido de forma casual para conversar con su madre. Imágenes de circuito cerrado de lo ocurrido fueron difundidas por Emergencias 132.
El bombero relató que el padre del niño estaba realizando un pago, cuando le compró una paleta grande a su hijo. Este, que estaba con su mamá, rápidamente abrió el dulce, pero se le cayó al suelo y se rompió, por lo que comenzó a comer los pedazos.
Vera manifestó que aparentemente el niño se atragantó con un pedazo, pero que, como no emitió ninguna palabra ni sonido, la madre recién se percató cuando el pequeño se desmayó y cayó por ella. La mujer comenzó a gritar y a pedir auxilio.
“En ese momento me entrega la criatura. Su ojo ya se le estaba poniendo blanco, dando signos de que ya no le estaba llegando oxígeno. Ahí fue cuando traté de abrirle la boca. En eso le hacía la maniobra, me mordió un poco, pero ahí es donde tragó. Se repuso, me miró y ya dijo ‘papá’”, siguió relatando el voluntario.
Posteriormente, señaló que si bien todo ocurrió en poco tiempo, para él fue “como una eternidad”, debido a la tensión que sintió y a la presión de tener en sus manos la vida de un pequeño.
“Fueron solo dos minutos, pero en ese momento fue como una eternidad. Todas las emociones y cosas que se te vienen a la mente es impresionante. Yo tengo dos criaturas también. Si entrás en pánico, se te puede ir. La mamá me entregó la vida de su hijo, siendo yo nada”, expresó Ricardo Vera.
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Finalmente, según explicó, la maniobra de Heimlich implica golpear la espalda y abrir la boca del afectado para evitar que trague la lengua y obstruya más el ingreso de oxígeno. Señaló que no es una técnica complicada y que incluso en otros países a los pequeños ya se les enseña para estar preparados ante posibles incidentes.
Tras el hecho, los padres llevaron al pequeño a un centro asistencial, a fin de someterlo al chequeo correspondiente, sin que se presentaran inconvenientes de salud.