También se montaron celdas vips, con 5 habitaciones privadas, un bar, karaoke, un lugar de juego de billar y una peluquería. Estas celdas estaban bajo la administración de los condenados Ali Isa Chamas, Ali Fouani y Pedro Barcik, quienes se unieron y se organizaron –según la sentencia– para adquirir mercaderías ilícitas fuera del penal e ingresar para vender adentro.
¿CÓMO SE DESCUBRIÓ? En la noche del 11 de diciembre del 2023, ingresó a la penitenciaría “en forma irregular” y fuera del horario de visita, una furgoneta con logotipo de la empresa Tigo. El vehículo venía siendo seguido por agentes del Departamento de Automotores de la Policía.
La furgoneta entró sin inconvenientes al penal porque le indicaron al portero que “vendría un vehículo del Ministerio de Justicia, con los logos de servicios de TV cable, para reparar instalaciones”.
Cuando abrieron la camioneta, los guardias vieron una importante cantidad de paquetes envueltos con plástico negro, por lo que uno de ellos ordenó que ese vehículo no se toque y que quede en aislamiento.
Sin embargo, el coordinador de seguridad, Francisco Ramírez dio orden como superior de que sean bajadas las mercaderías, que todas pertenecían al director del penal, Rubén Ireneo Lombardo, quien llegó poco después y dijo que “todo quedaba en manos de Francisco Ramírez” y que no se permitiría el ingreso de la Policía ni Fiscalía sin una orden judicial.
Mientras, dentro del penal, los guardias no llegaron a convencerse de la orden de sus superiores, entonces Francisco Ramírez les ofreció dinero para que la camioneta pueda ingresar y que la mercadería “ilegal” se descargue antes que llegue alguna comitiva.
Como los guardias no aceptaron, salieron los reclusos que lideraban el esquema y también ofrecieron dinero para liberar la carga, dice la sentencia. Como tampoco hicieron caso, fue el propio Ramírez el que llevó la furgoneta hasta la parte de atrás de la cárcel y liberó entre 10 y 15 presos para que descarguen y oculten las mercaderías.
“El furgón fue totalmente descargado, manguereado después, para una forma de evitar cualquier rastro del hecho”, dijo la Fiscalía.
Efectivos policiales que venían siguiendo a la furgoneta, llegaron hasta el penal también con el fin de verificar la camioneta, pero el guardia se opuso, diciendo que había una orden del director para que ni la Policía ni la Fiscalía ingresen.
Finalmente, el Ministerio Público fue comunicado y se logró obtener una orden de allanamiento, pero recién ocho horas después. Igualmente, se encontró encima del cielo raso de una de las celdas vips un doble fondo falso, donde estaban casi 5 kilos de marihuana en diferentes presentaciones. También se halló whisky, vino, cañas, champán y otras bebidas alcohólicas.
COMPLICIDAD. Según el Tribunal integrado por los jueces Evangelina Villalba, Óscar Génez y Lourdes Morínigo, los internos “necesitaban necesariamente la ayuda, la complicidad de autoridades penitenciarias para ingresar y allí tenemos a Rubén Lombardo y Francisco Ramírez (condenados a 18 años y 9 meses, respectivamente)”.
Ambos colaboraron en el suministro de las sustancias, lo que “crea una imagen para con la sociedad de que el propio Estado y sus funcionarios se encuentra facilitando el suministro de drogas a los internos. Lo que causa una pérdida de la credibilidad al Estado dando mala imagen y descalificando el sistema penitenciario y de todo el sistema de Justicia”.