La senadora liberal Celeste Amarilla fue una de las pocas voces disonantes dentro del Congreso respecto a la reciente designación de Gustavo Leite como embajador de Paraguay ante Estados Unidos. Amarilla cuestionó no solo la figura política del senador y ex ministro, sino también su vinculación con causas sensibles como el tráfico de fentanilo.
“A mí me parece casi una provocación al pueblo norteamericano. No al presidente (Donald) Trump ni al Gobierno, sino al pueblo estadounidense, muchos de los cuales están perdiendo a sus hijos por el fentanilo”, sostuvo.
La legisladora recordó que, si bien existe la presunción de inocencia, esta no borra las sospechas ni la controversia.
“La reputación de Leite depende de un principio jurídico. No sabemos si es culpable o inocente, pero ¿qué necesidad hay de mandarlo a representar al país justamente ahí, donde más sensibilidad genera este tema?”, cuestionó.
Amarilla aludió así a informes periodísticos que mencionan a Leite como presunto nexo entre Ariel García, empresario vinculado a la importación de precursores químicos, y a Horacio Cartes, ex presidente de la República. Desde Argentina, La Nación reportó recientemente esos vínculos en el marco de investigaciones sobre fentanilo mortal, aunque Leite niega rotundamente las acusaciones.
“No pasa de ser un perro de Cartes”
Amarilla volvió a decir que Leite es un canino.
“No pasa de ser un perro de Cartes. El perro fiel que le lame los pies cuando llega, que come las sobras que se le tira y que hace lo que se le indica. Solo ese perfil ya no amerita ser embajador ante la potencia que es Estados Unidos. Si le sumamos el fentanilo, es absolutamente innecesario”, sentenció.
La designación de Gustavo Leite fue aprobada con mayoría en el Senado y celebrada por varios sectores como una decisión estratégica.