La Cámara de Senadores aprobó el miércoles pasado el proyecto que establece la colocación de una calcomanía con el diseño del ñandutí como un símbolo del adulto mayor, a modo de fortalecer la seguridad vial y fomentar el respeto a estas personas.
Durante el debate, la parlamentaria liberal Celeste Amarilla se mostró muy indignada porque se dio curso a un proyecto de esa índole y acusó a Paraguayo Payo Cubas de haber llevado gente con este tipo de ideas al Congreso, teniendo en cuenta que la iniciativa fue presentada por el diputado ex Cruzada Nacional Jatar Fernández, quien integra la bancada cartista.
“Este país ha sido sometido a la irresponsabilidad de Payo Cubas, de traer marginales a la Cámara de Senadores y Diputados, y se lo he dicho mil veces a su esposa”, señaló, refiriéndose a su colega legisladora Yolanda Paredes.
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Lamentó que se tenga que “discutir y perder el tiempo del Congreso Nacional en las estupideces que estos marginales hacen y plantean”
Luego, llamó la atención a sus colegas por dar curso al proyecto. “Pero, por favor, ¿cuándo vean a Jatar Fernández como proyectista de ley, no se les ocurre que probablemente ya sea un disparate?”, sentenció.
Citó las expresiones de otra legisladora opositora, quien también se mostró en contra del proyecto. “Tal como dijo la senadora Esperanza Martínez, hoy la tendencia es que el adulto llegue a más años, sano, con actividad, con autoestima para que la salud pública baje, para que se gaste menos salud pública”, mencionó.
Sostuvo que una persona de 40 años puede tener problemas de visión y que la Municipalidad debe determinar si está o no en condiciones de conducir.
Celeste Amarilla indicó que hay distintos tipos de personas que a la edad de 60 y 70 años. Dicho esto, incluso se levantó para jactarse de la figura que tiene siendo de esa franja etaria. “Hay 70 años, hay 60 años y hay 50 años, diferentes”, lanzó.
“Ahí tenés una pendeja, así de gorda”, dijo por su colega Zenaida Delgado, quien ingresó a la Cámara Alta con Cruzada Nacional y luego se cambió al cartismo.
Ofuscada, la senadora aludida respondió: “Yo soy gordita y muy feliz, pero educada y respeto a mis semejantes. No me gustaría llegar a su edad, flaquita y maleducada”, retrucó a la parlamentaria liberal.