Los fieles se congregaron desde temprano en la explanada de la Catedral San Blás, ubicada en el centro de Ciudad del Este, donde esperaron la llegada del nuevo obispo. Religiosos de diversas localidades del país, el departamento y de los países vecinos acudieron para acompañar el acto de posesión. Collar Noguera ha sido nombrado en reemplazo del monseñor Emérito Guillermo Steckling, que renunció al cargo para jubilarse, debido a su avanzada edad.
Collar llegó caminando, en compañía del nuncio apostólico, Eliseo Arioti, el cardenal paraguayo, Adalberto Martínez, además de varios obispos de otras diócesis, sacerdotes, religiosos y laicos, en una breve procesión.
En su carta que leyó durante la homilía explicó que la toma de posesión canónica de la Diócesis no es sinónimo de un acto de dominio, sino de obediencia, no es una apropiación, sino un despojamiento, no es un ejercicio de exaltación personal, sino de servicio en comunión.
Afirmó que son tres los gestos que recuerdan la toma de posesión canónica la presencia del nuncio y los obispos, la entrega de la sede y el báculo y la acogida de los fieles que representan los diferentes estados de vida en la Iglesia Diocesana.
“Una iglesia que sabe perdonar y también demandar la justicia ante los atropellos, ante la corrupción que nos golpea, ante la violencia y la inseguridad que nos hiere. Una iglesia que ama, que espera y sufre, pero sobre todo una iglesia que espera en el Señor y quiere serle fiel”, afirmó en una parte de su homilía, al señalar el rol de la Iglesia en la sociedad.
Collar instó a los feligreses a cumplir el mandamiento de predicar el evangelio a toda criatura, con el testimonio de sus vidas, llamó a los sacerdotes a la cerca de la gente, para atender situaciones, animar y fortalecer a los desalentados. Recordó la frase del papa Francisco, que “es tener ese olor a ovejas y a evangelio, como un verdadero pastor con su rebaño”.
Mencionó que la misión de Jesús tiene una finalidad comunitaria, al sostener que estar unidos entre los creyentes es estar unidos a Dios, “sin ahogar la riqueza de la diversidad, pues hay diversidad de carismas, pero un mismo espíritu”.
Finalmente, pidió a los pastores a tener presente a los pobres. “Hablar de los pobres es hablar de aquello que son bienaventurados es hablar de la gran mayoría y tantas veces empobrecidas, es hablar de aquellos a quienes el Señor Jesús ama con predilección, es hablar de asentamientos marginales, es hablar de jóvenes desocupados, es hablar de indígenas desposeídos, es hablar de jóvenes víctimas de las drogas”, sostuvo.
En la misa estuvieron presentes el gobernador del Alto Paraná, César Landy Torres, el intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto Vallejos, el director general de Itaipú, Justo Zacarías Irún, y el presidente de la ANDE, Félix Sosa, además de otras autoridades departamentales y legisladores.
AGRADECIMIENTOS. El nuevo obispo de Ciudad del Este agradeció a sus hermanos (12), a su mamá doña Gregoria y a su papá don Víctor (+) y a los feligreses que le acompañaron desde Misiones Y Ñeembucú, con quienes estuvo 7 años, además de las autoridades eclesiásticas y políticas que estuvieron ayer.