25 abr. 2024

Carta abierta al electo presidente de la República

Excmo. Sr. Santiago Peña:

El próximo 15 de agosto, usted y sus ministros jurarán públicamente cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional y las leyes.

Seguramente usted sabe que el sistema educativo y la educación nacional vigentes violan más de doce artículos de la Constitución Nacional y más de treinta artículos de varias leyes.

Esto quiere decir, que desde el 16 de agosto, usted y el ministro a quien usted confíe la cartera de educación, tienen la obligación ineludible y urgente de poner en ordenamiento jurídico todo el sistema educativo y la educación nacional. Siendo ustedes dos las máximas autoridades en el ámbito de la educación nacional, según los artículos 240 y 242 de la Constitución Nacional y habiendo jurado la fidelidad a la Constitución y las leyes, si ustedes mantienen el desacato a los mandatos jurídicos estarían incurriendo incluso en el delito de perjurio; delito que cualquier ciudadano podrá denunciar.

No es posible, en los límites de esta carta abierta, ofrecerle el análisis y la documentación correspondiente del caos jurídico en que está sumergida nuestra educación nacional, pero para su primera información de urgencia le cito los artículos de la Constitución relacionados con la educación, que total o parcialmente se están violando.

Artículos; 73, 74, 75, 76, 113, 115 inciso 13, 28 de normas finales… Al imponer la alienante Agenda 2030 de las Naciones Unidas, con su perversa y anticientífica ideología de género, atropellan nuestras culturas paraguayas y el artículo 3 de la Constitución Nacional, que confirma la soberanía del pueblo paraguayo. Igualmente se viola el artículo 4, que garantiza y protege el derecho a la vida, desde la concepción, ya que la ideología de genero promueve el aborto.

La ideología de género explícita en el objetivo cinco de la Agenda 2030, con su “enfoque de derechos”, roba a los padres el derecho a la patria potestad, derecho fundado en el derecho natural, en el derecho positivo internacional y en el derecho positivo paraguayo incluyendo los artículos 49, 53 y 54 de la Constitución Nacional.

No hay razón alguna ni puede haberla para justificar este atropello a la Constitución Nacional ya que nadie puede actuar fuera de la ley y, menos aún, nada menos que el Ministerio de Educación y Ciencias, que precisamente por serlo está obligado más que nadie a dar ejemplo de fidelidad a los mandatos legales y la ética ciudadana.

El hecho de que el Ministerio de Educación esté violando la Constitución y las leyes, además de escandaloso, se convierte en currículo oculto, es decir, que con su comportamiento está enseñando, de hecho, que en nuestro país se pueden violar la Constitución y las leyes impunemente. Esto significa que todos los estudiantes de las distintas instituciones educativas pueden pensar y estarán pensando que ni la Constitución Nacional ni las leyes son importantes. Se rompe así el Estado Social de Derecho y la base fundamental para la convivencia democrática.

Usted y su ministro de Educación pasarán a la historia, si logran en el menor tiempo posible poner en orden jurídico pleno todo el sistema educativo, y especialmente el Ministerio de Educación y Ciencias de acuerdo a lo que la Constitución Nacional y las leyes ordenan para todo el pueblo paraguayo.

De no hacerlo, usted actuará como un dictador más que se sitúa por encima de la Constitución y las leyes imponiendo al pueblo paraguayo su arbitraria voluntad de gobierno. El pueblo paraguayo le mira con la esperanza de que la Educación Paraguaya empezará a ser un verdadero servicio al pueblo en sus culturas, en sus posibilidades, y proyectada realmente al futuro que ya nos ha alcanzado.

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