El Ministerio de Justicia (MJ) permitió un recorrido en el Centro Penitenciario de Mujeres Casa del Buen Pastor tras su cierre definitivo esta semana. En sus celdas vacías se pudo apreciar que hoy solo quedan restos de lo que algún día fue una cárcel hacinada, crítica y precaria.
“El Buen Pastor va a quedar siempre en la memoria como una institución relacionada a las mujeres privadas de libertad”, con 106 años de funcionamiento, contó ayer el viceministro de Justicia, Rubén Maciel.
Fue el 20 de diciembre de 1919 la fecha en que se inauguró el lugar como casa de acogida, que estaba manejada en principio por las hermanas del Buen Pastor, hasta que se convirtió en una penitenciaría.
Según Maciel, el lugar debe quedar como “un recuerdo muy importante para ver cómo estaban esas mujeres y en qué circunstancias no debemos volver jamás”.
INSALUBRE Y HACINADO. El penal terminó acogiendo a más de 600 mujeres, pese a tener una capacidad solo para 200.
En varios sectores, ni siquiera había celdas, sino camas literas, una al lado de otra. En un solo sector, estaban encimadas 70 mujeres, “apiñadas”.
Se cerró de manera definitiva el penal de mujeres del Buen Pastor, un modelo de penitenciaría a la “que no debemos volver jamás”, según el viceministro de Justicia, Rubén Maciel. pic.twitter.com/zURysP9gWp
— Última Hora (@UltimaHoracom) October 8, 2025
En otros pabellones, sí tenían celdas para dos o tres personas, y en otras solo una, porque cuando llovía, la cloaca rebosaba. “Una situación bastante insalubre”, dijo Maciel.
Se evidenció que las mujeres vivían entre la humedad, basuras, cloacas, colchones apilados y suciedad.
Incluso, hay zonas donde se alertó de riesgos de derrumbe.
SECTOR DE RESTRICCIONES. El recorrido por el Buen Pastor, ayer, incluyó el sector de máxima seguridad, o lo que se concebía como máxima seguridad, y sin embargo estaba funcionando como un área normal, con un solo agente penitenciario.
¿Quiénes estaban recluidas allí? En su momento, estuvo Carmen Villalba, líder del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), y Francisca Andino.
Después del traslado Villalba y Andino, las celdas quedaron como “normales”.
OTROS SECTORES. El recorrido incluyó los demás sectores, conocidos como Libertad, Caracolito –por la forma de la escalera que llevaba a las celdas–, Amanecer –donde estaban las mujeres con sus hijos pequeños y las embarazadas–, así como el Sector 1, donde quedaban las mujeres “problemáticas”, por estar habituadas al consumo, incluso dentro de la cárcel.
Los diputados Raúl Benítez, Johanna Ortega y Hugo Meza plantearon al Gobierno que se convierta en un centro integral de atención al problemas de adicciones.