En las calles de Asunción, caminar puede ser un desafío peligroso. Las veredas en mal estado se han convertido en un problema crónico que afecta a todos, pero especialmente a las personas con discapacidad y adultos mayores.
La falta de mantenimiento y reparación de las veredas no solo es un obstáculo para la movilidad, también representa un riesgo diario para la seguridad de los peatones.
Desde el centro de la ciudad hasta otros barrios, las veredas están llenas de huecos, grietas y obstáculos que pueden causar caídas y lesiones. La situación empeora en días de lluvia, cuando las aceras se convierten en verdaderos obstáculos para los transeúntes.
La falta de accesibilidad en las veredas es un problema especialmente grave para las personas con discapacidad. Las rampas para sillas de ruedas están deterioradas o no existen, lo que hace que sea difícil o imposible para estas personas transitar con seguridad en la ciudad.
Los ciudadanos sostienen que la Municipalidad de Asunción tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad y la accesibilidad en las veredas, por lo que deberían llevar a cabo un plan de reparación integral.
Veredas no inclusivas
Un ejemplo desagradable fue el accidente que sufrió Sergio Palacios hace unos días. El joven tiene discapacidad visual y a través de sus redes sociales, relató que cayó en un enorme pozo situado en las calles Ayolas entre Presidente Franco y Benjamín Constant de la capital cuando iba rumbo a su trabajo.
El agujero –en pleno microcentro– quedó abierto debido a las obras del cableado subterráneo y carecen de señalización.
El joven resultó con múltiples heridas, por lo que debió recibir atención médica de urgencia. Palacios lamentó que en estos casos no haya señalización en las aceras y exigió respuesta por parte de las autoridades.
Concluyó que “caminar en Asunción es una trampa y en el interior, mucho peor”, y que son las personas con discapacidad y adultos mayores los que se llevan la peor parte ante esta grave situación que expone la desidia de las autoridades.