Los bonos de la República alcanzan un hito histórico, ya que a partir de 2026, formarán parte del índice GBI-EM de J.P. Morgan. Analicemos la noticia. El Presupuesto General de la Nación (PGN) 2026 prevé un gasto total de G. 149,2 billones (aproximadamente, USD 18,9 mil millones), un 12% más que el año 2025. La meta es volver a cumplir con la Ley de Responsabilidad Fiscal, que fija un tope de déficit de 1,5% del PIB, tras varios años de sobrepasar ese límite: en 2023 el déficit fue de 4,1%; en 2024 bajó a 2,6%, y en 2025 se mantuvo en torno al 2,6% anualizado por encima de la meta del 1,9%.
Los ingresos genuinos (corrientes y de capital) estimados para 2026 alcanzan G. 115,5 billones (USD 14,6 mil millones). De ello, alrededor de 60% del presupuesto se destina a pago de salarios del sector público, lo que reduce el margen para inversión en infraestructura. Al mismo tiempo, el servicio de la deuda proyecta un incremento de 17%, reflejando mayores pagos de intereses y amortizaciones.
Para equilibrar el presupuesto, el PGN 2026 prevé tomar más deuda: G. 33,6 billones (USD 4,3 mil millones) desglosados en endeudamiento interno G. 4,5 billones (USD 570 millones), endeudamiento externo G. 16,1 billones (USD 2,0 mil millones) y recuperación de préstamos G. 12,9 billones (USD 1,6 mil millones). La inversión en infraestructura subirá apenas un 1%, por debajo de los USD 2.000 millones anuales que, según la Cámara Vial Paraguaya (Cavialpa), serían necesarios para reducir la brecha en obras. El resto del gasto se concentra en transferencias sociales, pensiones, subsidios y gastos operativos.
Este diseño presupuestario implica que, aún con disciplina, el Gobierno seguirá dependiendo de los mercados para cubrir el déficit y otras obligaciones.
La buena noticia es que, en función de la buena macroeconomía, a partir de 2026, los bonos de Paraguay en guaraníes formarán parte del GBI-EM de J.P. Morgan, uno de los principales índices globales de deuda soberana en moneda local. La inclusión implica que grandes fondos de inversión internacionales podrían comprar más bonos paraguayos en guaraníes para replicar el índice, aumentando la demanda y potencialmente reduciendo el costo de financiamiento del país.
El GBI-EM (Government Bond Index-Emerging Markets) es un índice elaborado por J.P. Morgan que agrupa la deuda en moneda local de países considerados emergentes, entre ellos China, India, México, Brasil, Sudáfrica, Perú, Chile y Uruguay. A esta lista, pronto se sumará Paraguay.
La inclusión no fue automática. Paraguay, desde 2013, emite bonos en dólares y más recientemente en guaraníes de gran tamaño y largo plazo, además de haber transparentado su calendario de subastas. En 2025, colocó bonos por G. 8,39 billones (USD 1.000 millones) con vencimientos a 2031 y 2035, superando los requisitos de J.P. Morgan. Estas medidas, sumadas a la venta de títulos del Gobierno en la Bolsa de Valores de Asunción (BVA), estabilidad macroeconómica y el bajo nivel relativo de deuda con respecto al PBI –equivalente a aproximadamente 40,9% del PIB en agosto de 2025–, abrieron la puerta al índice.
El ingreso al GBI-EM representa una oportunidad y un compromiso: atraerá más inversión, pero exige previsibilidad, reglas claras y cuentas fiscales ordenadas. En definitiva, el PGN 2026 refleja el esfuerzo de Paraguay por reducir su déficit y mantener la disciplina, mientras la inclusión en el índice ayuda a colocar al país en el radar de los grandes inversores globales. El desafío será aprovechar esta oportunidad para financiarse en mejores condiciones, sin perder la prudencia en el manejo de la deuda. Como advertía Milton Friedman: “El verdadero impuesto es el gasto del gobierno”; es decir, cada guaraní que se financia con deuda hoy se convierte en una obligación para los contribuyentes tributarios del mañana.