03 jun. 2024

Banco Mundial rebaja proyección de crecimiento de América Latina

El coronavirus, la guerra en Ucrania y la inflación generan incertidumbre y tras un rebote de 6,9% en 2021 se espera que el PIB de la región crezca 2,3% este año y 2,2% en 2023.

El Banco Mundial (BM) rebajó la proyección de crecimiento económico para Latinoamérica y el Caribe del 2,6% al 2,3% para este año ante la incertidumbre por el coronavirus, la alta inflación y la guerra en Ucrania.

En su informe semianual para la región, publicado el jueves, la institución con sede en Washington también redujo la perspectiva de crecimiento para 2023, que pasó del 2,7% al 2,2%, y situó la de 2024 en el 2,4%.

PARAGUAY. Por países, el BM prevé que en 2022 Brasil crezca el 0,7%; Argentina, el 3,6%; Colombia, el 4,4%; Perú, el 3,4%; Ecuador, el 4,3%; Chile, el 1,9%; Bolivia, el 3,9%; Uruguay, el 3,3%; y Paraguay, el 1,5%.

En Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, la proyección es que México crezca el 2,1%; Costa Rica, el 3,4%; República Dominicana, el 5%; El Salvador, el 2,9%; Guatemala, el 3,4%; Honduras, el 3,1%; Nicaragua, el 2,9%; y Panamá, el 6,5%.

Según el BM, estas subidas del Producto Interior Bruto (PIB) permitirán a la mayoría de los países de la zona revertir las pérdidas que experimentaron en los dos últimos años por la crisis económica derivada de la pandemia.

Sin embargo, de confirmarse estas proyecciones, el crecimiento de Latinoamérica y el Caribe se situará entre los más bajos del mundo, a un nivel similar al de Oriente Medio y el Norte de África; y por debajo del África subsahariana, Europa y Asia.

“El crecimiento (previsto) no es suficiente para contribuir a paliar los niveles de pobreza en la región, y además es un retorno a las tasas de crecimiento de la década de 2010, cuando Latinoamérica y el Caribe crecían por debajo del resto del mundo”, indicó el economista jefe del BM para la región, William Maloney, en la presentación del informe.

Maloney dijo que se trata de un “problema estructural” más allá de las dificultades causadas por la pandemia y explicó que los retos que ya existían antes de 2020 están volviendo a salir a relucir, como el elevado porcentaje de empleo informal y los altos índices de pobreza.

INFLACIÓN Y ENERGÍA. La inflación oscila en torno al 7%, tensa los presupuestos familiares y eleva la pobreza, que subió a 27,5% en 2021 y sigue por encima de su nivel prepandémico de 25,6% en el subcontinente.

Las subidas en el precio del gas y petróleo, metales y granos a raíz de la guerra en Ucrania podrían tener un impacto positivo en economías que tradicionalmente exportan estos productos. Pero en el caso de los importadores netos, como el Caribe, una subida en el precio de los alimentos agravará la pobreza.

Algunos países como Brasil importan parte de sus fertilizantes de Rusia y esto afectará a las cosechas, con impacto en los precios de los alimentos. Otros, como Ecuador, exportan a Rusia y también acusan el golpe.

Del lado positivo, el BM destacó que el proceso de vacunación se ha generalizado en la región, lo que ha llevado a que las empresas estén volviendo a contratar a trabajadores y a que las escuelas hayan reabierto sus puertas para a la enseñanza presencial.


Reformas
El Banco Mundial recomienda reformas estructurales “largamente postergadas” en infraestructura, educación e innovación, financiando las inversiones más importantes a través de un gasto más eficiente. Deberán llevarse a cabo tomando en consideración el cambio climático. En los últimos 20 años, los países de América Latina perdieron el equivalente a 1,7% de su PIB anual a causa de las catástrofes relacionados con el clima, y unos 5,8 millones de personas podrían caer en la extrema para 2030 por esta causa.


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