Alcides Manena
ALTO PARAGUAY
Del sufrimiento que nunca acaba para los pobladores de la lejana localidad de Bahía Negra es el pésimo estado de camino que mantiene aislado a los habitantes. La ruta de tierra es intransitable y a diario tienen que padecer su pésimo estado de camino a sus quehaceres laborales.
Durante la sequía, soportan las trampas de polvo de los talcales que, en época de lluvias, se convierten en lodazal infranqueable.
Los pobladores del Alto Chaco culminaron el 2023 aislados y este 2024 iniciaron de la misma forma, sin la principal vía de comunicación. El aislamiento se agudiza con la ausencia del barco Aquidabán que, tras medio siglo de operaciones, dejó de surcar la cuenca alta del río Paraguay a fines del reciente año.
De manera que los habitantes de la zona ya no van a tener más el servicio de la embarcación que recientemente dio por terminado sus viajes hasta la lejana comunidad chaqueña. El Aquidabán permitía el transporte de grandes cantidades de mercaderías para abastecer a la población. Esto preocupa sobremanera a la gente de Bahía Negra, ya que el pésimo estado de camino no les permite abastecerse y realizar sus actividades económicas.
Derlis Silva, poblador y comerciante del lugar, se quejó de la desidia de quienes tienen a su cargo el mantenimiento de dicho tramo. Lamentó que hasta hoy, ya sin el emblemático Aquidabán, no se haya hecho la reparación del camino.
Silva cuestionó el costoso peaje de ida y vuelta de G. 200.000 que cobra la Asociación de Caminos, entidad que tiene a su cargo el arreglo permanente de la ruta. Ven que ese jugoso tributo no redunda en beneficio alguno, ya que siguen aislados.
Además, el estado calamitoso de la ruta les afecta en todo sentido, sobre todo, en cuestiones de salud, ya que para casos de emergencia es imposible transitar por este tramo. Hasta ahora ninguna institución del Estado ha sido capaz de mejorar dicha vía, sea la Asociación de Caminos, el MOPC y la Gobernación de Alto Paraguay.
En los primeros días de este mes, se pudo observar el calvario que pasaron las personas en ese camino para llegar a Bahía Negrea. Tuvieron que pasar toda una odisea quedando varados y empantanados: Algunos empujando el colectivo atrapado en el barro y otros, esperando alguna ayuda con niños en el interior del vehículo.