En el ataque murió un sacerdote, el guardia de seguridad de una de las iglesias, dos civiles y, al menos, quince policías que intentaban apresar a los atacantes, cinco de los cuales han sido abatidos, según el Comité de Instrucción de Rusia (CIR).
Hace solo tres meses un brutal atentado en una sala de conciertos a las afueras de Moscú dejó 145 muertos, en lo que fue el más grave acto terrorista cometido en territorio ruso desde 2004.
Iglesias y sinagogas
Los ataques se produjeron pocos minutos antes de las seis de la tarde hora local en la histórica localidad daguestaní de Derbent, considerada la ciudad más antigua de Rusia y que se encuentra a orillas del mar Caspio. Primero, los asaltantes atacaron la Iglesia de la Intercesión, donde murió un sacerdote de 66 años, y después la sinagoga de Kele-Numaz, que fue consumida por el fuego, tras lo que se enzarzaron en tiroteos con la policía.
Al mismo tiempo, los terroristas atacaron la Catedral de la Ascensión en Majachkalá, capital de Daguestán, donde se atrincheraron unas veinte personas.
Además, también atacaron varios puestos policiales. Las autoridades sanitarias estiman en casi medio centenar los heridos, en su mayoría policías, siete de ellos graves.
Por el momento, nadie ha reivindicado el ataque, aunque los primeros comentarios en la prensa rusa apuntan a la implicación de grupos yihadistas con vínculos en el extranjero. EFE