En una entrevista con Última Hora, Moriya explicó por qué se da la práctica que permite a funcionarios (con cargo de directores) no marcar entrada ni salida. Indicó que esto tiene una relación directa con la Resolución N° 2607, firmada durante la gestión de Mario Ferreiro.
“Evidentemente era mucho más precaria la forma de registración (en la Municipalidad). Había ya reloj biométrico, pero tenían otro sistema de marcación. A partir de la época de Mario Ferreiro, se norman muchas cosas. Y una de las normativas, la N° 2606, es la que obligó a que todos marquen por reloj biométrico. Y la N° 2607 exceptúa a los directores generales, directores, asesores y todo aquel funcionario que, debidamente justificado por su superior jerárquico, diga que debería estar exceptuado de esa marcación”, detalló Moriya.
Precisó que los funcionarios, sin embargo, y a efectos disciplinarios y de control, deben responder a Recursos Humanos.
“Pero respecto a la gestión, responden al intendente. Eventualmente tienen una contraloría interna que puede verificar si es que un director general cumple o no cumple lo que dice que cumple. Y debajo de él, sus directores, asesores”, especificó.
Indicó que además de la citada resolución, existe un reglamento interno vigente desde el 2022, que establece que los directores, jefes superiores y generales son responsables de controlar la presencia, funciones y cumplimiento de tareas del personal.
“Solo con la autorización escrita del jefe o superior jerárquico inmediato, el funcionario podrá trasladarse por tiempo autorizado fuera de su lugar de trabajo. Se excluye de este articulado del funcionario que por su naturaleza ejecute tareas fuera de la institución”, describió Moriya, exponiendo el documento a Última Hora.
Observó que si bien el control disciplinario debe realizarse conforme al reglamento, en la práctica se desarrolla manualmente, lo cual dificulta la tarea del control del personal.
Permisos, planillas y legajos se manejan manualmente
Consultada sobre el número de funcionarios, la directora interina aseguró que el total citado por el interventor, Carlos Pereira, de 9.119, corresponde en realidad a un total de 9.257 cargos que fueron aprobados por una ordenanza municipal en julio de 2024.
“Ellos (los concejales) aprobaron el anexo donde figura la cantidad (de funcionarios). Lo que dijo el interventor (...) está en la ordenanza que aprobaron. De 9.257 cargos, había 138 vacancias. Solo que desde la aprobación –a cargo de la Junta– a la fecha en que nosotros entramos, ya se movió, porque hubo gente que renunció, murió, se jubiló, eventualmente fue sumariada, se desvinculó, se descontrató".
Acerca de los sistemas de control y datos, Moriya respondió que sí existe un sistema integrado de gestión de personal, pero no está activo.
“Así como hice un relevamiento del área de Informática, existe, solo que no está en funcionamiento. Seguramente para cuando salgamos de esta intervención, podremos precisar mejor el estado en que está este sistema informático”, precisó.
Informó, por otro lado, que los documentos que hacen referencia a permisos, planillas y legajos se manejan en formato físico o con planillas rudimentarias de Excel.
Contó que muchos datos que son considerados básicos (como el número de cédula) no figuran en las planillas electrónicas que ya existen.
“Desde que ingresé, estoy tratando de generar la base de datos, porque todo es manual. Todos están aquí intentando generar, aunque sea en planilla electrónica”, aseguró.
Como el trabajo manual es enorme, según Moriya, la construcción de una base de datos digital es bastante demandante. Si hoy los funcionarios presentaran solicitudes de permiso, según lo que corresponde por reglamento, el sistema colapsaría, puesto que se carece hasta del personal necesario para procesar manualmente la información.
Esta falta de digitalización impide el control efectivo de los más de 9.000 funcionarios
80 relojes biométricos para distintas dependencias
Concretamente, de acuerdo con Moriya, existen 42 relojes biométricos a cargo de la Unidad de Fiscalización del Departamento de Administración de Personal de la Dirección de Recursos Humanos.
En total, sin embargo, hay un aproximado de 80 relojes si se cuentan los que funcionan para entes desconcentrados, como el Policlínico Municipal y Aseo Urbano, entre otros, de los cuales se encarga una unidad de control de entes descentralizados.
El procedimiento de control consiste en el acceso al sistema de reloj biométrico de las distintas dependencias mediante conexión USB y descarga digital de los registros en un formato específico para su posterior procesamiento.
“Se verifica si el archivo descargado corresponde al periodo de liquidación de los diferentes lugares. Luego, se discrimina por relación laboral: nombrados, jornaleros, contratados. Esto se almacena en la base de datos de control de asistencia y se generan los reportes para su remisión digital con un memo respaldatorio con la cantidad de registro remitido a la Unidad de Liquidación de Haberes”, precisó Moriya, aclarando que de este trabajo se encarga la Unidad de Fiscalización.
Funcionarios municipales en edad de jubilación, y con achaques, siguen yendo a trabajar
En lo que respecta a la superpoblación de la Municipalidad, Moriya indicó que no es tan fácil gestionar la desvinculación del personal, puesto que el pasivo laboral, que son las obligaciones laborales acumuladas, “es lo más pesado de cualquier organización”.
“No es nomás desvincular. Desde el momento en que tenés gente que aporta a la Caja Municipal, que aporta a IPS, cada una de esas obligaciones contractuales de bienes (...). Para poder liquidar la transformación de cualquier ente, lo más grave siempre es tocar derechos del trabajador”, explicó.
Recordó que existe un gran problema con las personas que ya se encuentran en la edad de jubilarse y, sin embargo, siguen trabajando debido a la situación de la Caja Municipal. Recordemos que los jubilados municipales, actualmente, se ven obligados a manifestarse para cobrar sus haberes.
“Hay una problemática que guarda relación con una cuestión externa a las administraciones, que es la administración de la Caja Municipal. Como hay autarquía, acá hay mucha gente que teniendo la edad (...), no se quiere jubilar, porque si se jubila no le paga la Caja. ¿De qué va a vivir?”, observó Moriya.
De modo que existen funcionarios con achaques físicos, y hasta con discapacidades, que siguen asistiendo porque no tienen alternativa económica. La directora interina reconoció que, por razones humanitarias, la Administración no puede simplemente desvincularlos.
Adelantó que se hará cargo de hacer un análisis estadístico identificando las franjas etarias, con el objeto de hacer una recomendación enfocada en este problema.
“Estoy tratando de entender todos los escenarios que me surgen en estos pocos días que tengo aquí para analizar, porque cargando las cifras te puedo decir que tantos están en esta franja etaria, tantos ya deberían salir. Eso es fácil hacer, aun cuando me cueste cargar. Puedo sacar, y lo más probable es que salga de aquí haciendo eso”, adelantó.
“Pero lo que no me va a dar el tiempo con este universo tan grande es ver la problemática y la situación de cada uno de los que están en esa situación”, añadió.