Esta fiesta mariana suele aglutinar a todos los sectores, incluso instituciones públicas y privadas que brindan servicios a los peregrinos.
El distrito de Itapé es considerado como la capital espiritual del Guairá, ya que cada año recibe a promeseros que peregrinan más de 18 kilómetros por la Ruta de la Fe, que une a esta localidad con Villarrica.
La fe en la Virgen del Paso comenzó en 1954, cuando la imagen de la Virgen de Caacupé se dirigía al distrito de Tebicuary y debido al mal estado del camino fue trasladada por el río Tebicuarymí, donde al cruzar el río, su manto rozó las aguas caudalosas y desde entonces han ocurrido varios hechos considerados como milagros por los devotos.
En esa época, la zona fue azotada por una hambruna y tras el paso de la Virgen, solo bastaba meter la mano al río Tebicuarymí para extraer peces y satisfacer las necesidades. También a partir del paso de la Virgen hubo curaciones de enfermedades terminales, entre tantos otros testimonios.
En 1956 se erigió un oratorio en homenaje a la Virgen, a orillas del río Tebicuarymí, debido a que gracias al paso de la Virgen, se han vivido experiencias sobrenaturales que hasta ahora son recordadas por los lugareños. El lugar recibe cada año a miles de devotos quienes prenden velas en la base del oratorio y dejan sus pedidos o agradecimientos a la Inmaculada.
En días de intenso calor, los turistas aprovechan para refrescarse en las caudalosas aguas del Tebicuarymí, e incluso cargan agua en botellas y las llevan en sus hogares, ya que consideran que ya están bendecidas por la Virgen. RG