29 oct. 2025

Alto Paraná: Aumenta el malestar entre vecinos que exigen asfaltado

Son 80 kilómetros de camino de tierra que se convierten en un lodazal cuando llueve y afectan por igual a los pobladores de los distritos de San Alberto, Itakyry (Alto Paraná) y de Ybyrarobaná (Canindeyú).

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Atraso. Los vehículos quedan atrapados en el barro y los productores no pueden trabajar.

GENTILEZA

SAN ALBERTO

Los pobladores de la zona norte del Alto Paraná están molestos porque se canceló por segunda vez una reunión con autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), donde solicitan 80 kilómetros de asfaltado.

Los afectados no descartan realizar una manifestación con cierre de rutas, como medida de fuerza.

La gestión se inició hace varios meses con la creación de una comisión vecinal, que busca el asfaltado de las rutas vecinales terraplenadas que unen las localidades de San Alberto, Itakyry (Alto Paraná) y Ybyrarobaná (Canindeyú).

El proyecto beneficiaría a unas 20.000 familias, entre agricultores de cultivo extensivo, agricultura familiar y una comunidad indígena, cuyos miembros también trabajan la tierra, según lo señalado por el presidente de una comisión vecinal, Robson Alfonso.

Fue declarado de interés distrital, departamental y nacional, en el transcurso de las gestiones, pero los miembros de la comisión todavía no pudieron reunirse con la ministra de Obras Públicas, Claudia Centurión, pese a las reiteradas solicitudes. Se canceló dos veces y ahora fijaron nuevamente para el miércoles 10 de este mes, según Alfonso.

“No queremos perjudicar a nadie, pero la gente ya está muy nerviosa. Quieren salir a las calles y cerrar rutas, pero estamos atajando en lo posible esa acción, porque no queremos perjudicar a terceros. Pero si no hay respuestas, el descontento puede crecer”, advirtió.

“Nos movemos, hacemos reuniones, hacemos manifestaciones, hablamos con intendentes, concejales, diputados, pero no pasa nada. Eso es impresionante. Y lo que la gente está preocupada que se haya aprobado el asfaltado de mil kilómetros, pero si no nos movemos, nos va a tocar a nosotros. Y esa gente a cuántos años aquí esperando un progreso, esperando que mejore su camino para poder prosperar y no llega”, sostuvo.

El tramo en cuestión inicia en la zona urbana de la ciudad de San Alberto y pasa por Gleba 8 y San Francisco del distrito de San Alberto; continúa por Santa María, distrito de Itakyry, donde atraviesa por las colonias Nueva Conquista y Tierra Prometida, para finalmente llegar a Naranjito, en el distrito de Ybyrarobaná, Departamento de Canindeyú.

Corredor estratégico. La vía conectaría con la ruta 10, constituyéndose en un corredor estratégico para la producción agrícola. Los dirigentes comunitarios señalan que más de 20 mil familias serían beneficiadas directamente.

“Este camino uniría prácticamente toda la región con la ruta que va a Puerto Indio, principal puerto de exportación e importación al Brasil, circuito que favorecería a pequeños, medianos y grandes productores. Por otro lado, se podría trasladar hacia los puertos de Central, a través de la Ruta 10”, agregó.

La falta de caminos de todo tiempo dificulta el acceso a escuelas, hospitales y puestos de salud, así como la imposibilidad de circular con ambulancias en días de lluvia. “Hay docentes y alumnos que no pueden llegar a clases y vecinos que quedan aislados. El año pasado un poblador falleció en un accidente relacionado con el mal estado del camino”, lamentó.

Se estima que alrededor de 5.000 familias de pueblos originarios viven en la zona y apoyaron la última movilización, porque el asfaltado también les permitirá acceder a mercados, mejorar sus condiciones de salud y educación, y vender sus productos en centros urbanos.

“Mi familia llegó a esta zona en 1978. Tengo 43 años viendo a los vecinos lidiar con el barro cada vez que llueve. Donde yo estoy hay asfalto, pero de ahí en adelante no hay más. Es un sufrimiento que se repite generación tras generación”, recordó Alfonso.

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