09 ago. 2025

Ajoicucat espera hace 36 años por el título de sus tierras

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Lucha. Los miembros de la comunidad Nivaclé de Ajoicucat pelean por derecho a la tierra.

fotos de Elisa Marecos Saldívar

La comunidad nivaclé de Ajoicucat lucha contra el tiempo y el olvido estatal. Con un decreto de 1988 que reconoce sus tierras, pero nunca se ejecutó, sobreviven con menos del 3% de su territorio ancestral. La semana pasada, se realizó la primera reunión de trabajo con el propósito de examinar la propuesta de ley que reconoce como de interés social y expropia en favor de la comunidad indígena Mistolar del Pueblo Nivaclé.

Ajoicucat (Mistolar) se ubica en el núcleo central del espacio de vida ancestral de los Nivaclé que habitan esa comunidad. Está situado a unos 13 km del antiguo cauce principal del río Pilcomayo y a 11 km del actual canal paraguayo de este río, el cual permanece seco debido a la falta de dragado.

Históricamente, el territorio tradicional de los Nivaclé de Mistolar abarcaba aproximadamente 314.440 hectáreas. Aunque lograron que 28.000 hectáreas de sus tierras quedaron protegidas por un decreto hace más de 35 años, hasta la fecha no cuentan con un título oficial de propiedad.

El lunes 28 de julio se llevó a cabo la primera reunión de una mesa de trabajo para analizar un marco legal que permita la expropiación y asignación de tierras a título comunal. Desde el diario Última Hora se realizará un seguimiento riguroso del proceso, verificando el cumplimiento de los derechos territoriales de la comunidad Nivaclé y la implementación efectiva de las medidas acordadas.

primera reunión. La Comisión de Reforma Agraria y Bienestar Rural, bajo la presidencia de la senadora Yolanda Paredes, llevó a cabo una reunión de trabajo con el propósito de examinar la propuesta de ley que reconoce como de interés social y expropia en favor de la comunidad indígena Mistolar del Pueblo Nivaclé respecto a un territorio que se compone de siete fincas con un total de 37.133 hectáreas, localizadas en el distrito de Mariscal Estigarribia, dentro del Departamento de Boquerón.

Durante este encuentro, se discutieron diferentes elementos del proyecto de ley. El director de la Comisión, Ing. Alberto Romero, comentó que la propuesta busca regular y limpiar la ocupación ancestral que la comunidad indígena ha mantenido en el área, que se ubica a la orilla del río Pilcomayo y en su curso original. Destacó que la meta principal es asegurar que la comunidad tenga una ocupación efectiva y legal del terreno.

En este contexto, indicó que, como parte del proceso, será preciso considerar las solicitudes de la comunidad indígena lo que podría llevar a un cambio en la propuesta de ley. Este posible ajuste requerirá un trabajo técnico detallado, ya que se relacionaría con modificaciones al Decreto Nº 79/1988. Para ello, será crucial contar con la opinión del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) en el contexto de la regularización de la propiedad.

El señor Cecilio Flores, líder de la comunidad indígena Nivaclé, expresó el continúo apoyo de la comunidad hacia el trabajo de la Comisión. “Necesitamos encontrar una solución definitiva para la regularización de las tierras ancestrales que actualmente ocupamos”, dijo en esa ocasión.

En la reunión estuvieron presentes representantes del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), de la Comisión de Pueblos Indígenas y de la comunidad Mistolar del Pueblo Nivaclé.

comunidad de Mistolar. En una extensa investigación publicada en junio de este año, la Revista Pausa abordó la crítica situación de la comunidad Nivaclé de Ajoicucat (Mistolar) en el Chaco paraguayo, que desde 1988 espera la titulación de 28.000 hectáreas reconocidas por decreto, pero nunca entregadas.

“Decenas de familias indígenas sobreviven en condiciones precarias, rodeadas de estancias ganaderas que ocupan lo que fue su territorio ancestral”, dice el artículo.

El reportaje profundiza en la crisis multidimensional que enfrenta la comunidad Nivaclé de Mistolar. El río Pilcomayo, otrora eje de su subsistencia, hoy yace seco debido al fracaso del Proyecto Pantalón (1992), acuerdo binacional entre Paraguay y Argentina que nunca recibió mantenimiento adecuado.

Las posteriores inundaciones forzaron a la comunidad a cuatro desplazamientos traumáticos; en 1983 y 1986 por inundaciones catastróficas, y durante la década de 1990 por la progresiva desertificación. Cada éxodo los alejó más de sus sitios sagrados, incluyendo cementerios ancestrales. La ironía cruel se materializa en su escuela actual, aunque el tendido eléctrico pasa a 200 metros, las aulas carecen de luz y agua potable.

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Sequías. La comunidad nivaclé Ajoicucat también enfrenta la sequía del río Pilcomayo.

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