Precisamente, cada 28 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis, para concienciar y comprender mejor sobre la hepatitis viral y las enfermedades que causa. La fecha hace alusión al día de nacimiento del profesor Baruch Samuel Blumberg, Premio Nobel, quien descubrió el virus de la hepatitis B.
Desde el Instituto de Previsión Social (IPS), emitieron un informe al respecto, señalando que existen cinco tipos de virus de la hepatitis: A, B, C, D y E. Todos los virus de la hepatitis pueden causar infección aguda e inflamación del hígado, pero la infección con los virus de la hepatitis B, C y D pueden provocar hepatitis crónica que puede derivar en cirrosis y cáncer de hígado, advierten.
En Paraguay, según reporte de la Dirección de Vigilancia de la Salud, desde el 2019 al 2022, se registraron 1.510 casos de hepatitis B, el mayor número de casos se registraron en el 2022, con 575 casos. Además, en el año 2022, se contabilizaron 18 casos de hepatitis C.
“Las hepatitis virales B y C representan importantes problemas de salud y son causas fundamentales de cirrosis hepática y cáncer de hígado. Se estima que millones de personas a nivel mundial viven con hepatitis B y hepatitis C. La mayoría de estas personas desconocen su infección y continúan siendo portadoras del virus. Por lo tanto, presentan un alto riesgo de desarrollar una enfermedad hepática crónica grave y pueden transmitir el virus a otras personas sin saberlo”, señala el Dr. Gabriel González, gastroenterólogo y hepatólogo del Servicio de Gastroenterología del Hospital Central del IPS.
Síntomas de la enfermedad
La hepatitis es una inflamación del hígado y puede manifestarse clínicamente generando pesadez en el abdomen, sensación febril, náuseas y un cambio en la coloración de la piel y los ojos, tornándose amarillenta. “Esta última condición se conoce como ictericia, o en nuestra jerga nacional como “tiricia” o “py’a ruru”. Pero también puede ser totalmente asintomática y pasar desapercibida”, explica el Dr. González.
Añadió que se puede producir por múltiples causas, entre ellas las causas virales, pero también por medicamentos, hierbas o infusiones, ingesta de bebidas alcohólicas, autoinmunes u otros virus como el virus del dengue o chikungunya.
La forma de transmisión para el virus de hepatitis A y E, es la vía fecal-oral, es decir, por agua o alimentos contaminados. Algunos tipos de virus E también se comportan como una zoonosis, señala el informe.
En cuanto al virus de la hepatitis B, advierte que esta es una enfermedad predominantemente de transmisión sexual, aunque también pueden darse por la transfusión de sangre o hemoderivados sin un estudio adecuado pretransfusional, o el uso de instrumental médico sin la adecuada esterilización, o por el uso compartido de instrumental con potencial cortopunzante o no esterilizados, como en barberías, sitios de instalación de dispositivos tipo piercing o tatuajes y que pudieran generar cortes o lesiones que puedan ocasionar heridas sangrantes que tomen contacto con el virus.
“También es muy importante mencionar la transmisión vertical de la madre al hijo durante el embarazo y el parto, por lo que es necesario que todas las embarazadas se realicen las pruebas de serología para virus B y C, a fin de detectar a tiempo y establecer mecanismos de prevención de dicha transmisión. El virus C comparte las mismas vías de transmisión, aunque se destaca la vía transfusional o el uso compartido de material cortopunzante como jeringas en población de riesgo, como usuarios de drogas de uso parenteral”, refiere el especialista del IPS.
La gravedad de la hepatitis, sobre todo las generadas por los virus B y C, radica en su capacidad de circular durante mucho tiempo en la sangre o volverse crónicas, y con el riesgo de generar una cirrosis hepática y un cáncer de hígado. Por estas razones, es importante la detección precoz y el adecuado tratamiento para evitar dichas complicaciones.
Cómo prevenir la hepatitis
La vacunación universal, además del adecuado estudio pretransfusional de la sangre y hemoderivados en las unidades de medicina transfusional hacen parte de las medidas preventivas. Así como la correcta esterilización de instrumentales médicos, y las medidas y políticas de salud pública para evitar transmisión por agua o alimentos contaminados.
Durante cualquier consulta de control, debe realizarse dentro de sus análisis de rutina, un hepatograma, ya que muchas veces, las enfermedades del hígado pueden ser totalmente asintomáticas y la única manera de clínicamente sospecharla es a través de los análisis de sangre.
“El Día Mundial contra la Hepatitis brinda una oportunidad para intensificar los esfuerzos nacionales e internacionales en materia de hepatitis, alentar la acción y la participación de las personas, y destacar la necesidad de una mayor respuesta mundial. El objetivo es ambicioso: eliminar para el año 2030 las infecciones por los virus B y C”, señalan desde el Instituto de Previsión Social.