Adriano Arévalos Alonso es uno de los empleados más veteranos del diario Última Hora. Ingresó a la empresa en el año 1986, gracias a la invitación que le hizo su hermano, quien trabajaba también aquí.
Su función específicamente es la de contar las devoluciones, tanto de los diarios como de revistas, además de todos los productos especiales que va lanzando ÚH.
Todas las mañanas, bien temprano, se traslada desde la ciudad de San Lorenzo hasta el centro de Asunción. Su rutina en el diario inicia a las 08:00, como hace 37 años. Cuenta que se traslada desde su casa a ÚH en colectivo y muchas veces, pese a las inclemencias del tiempo, siempre está puntual en su lugar de trabajo.
Gracias a su dedicación y esmero a lo largo de estas tres décadas, logró construir para su casa propia.
También dice que gracias a su esfuerzo pudo hacer estudiar a sus hijos, por lo que se siente profundamente orgulloso y agradecido de pertenecer al plantel de ÚH.
Segunda casa
Adriano no duda en demostrar su gratitud hacia la empresa. “Última Hora es importante para mí, es como mi segunda casa”, dice contento.
Menciona que en su sección, en la cual se desempeña como auxiliar de depósito, predomina el compañerismo, tanto es así que siempre bromea con sus compañeros y los considera como su segunda familia.
“Acá pasamos todo el día como hermanos”, comenta.
Su compañero, Marcos Gracia, comparte con él la sección y trabajan juntos día a día, agrega sobre Adriano, que a pesar de ser de muy poco hablar, es una gran persona, amable y muy responsable. “Adriano solo se dedica a trabajar. Se destaca por ser un compañero solidario y muy responsable, ya que es el primero en llegar hasta una hora antes de su horario de entrada” dice Marcos.
Sus compañeros coinciden en que es como un padre para ellos, por ser uno de los más antiguos.
Cuenta que a lo largo de estos años pasó por muchas cosas en ÚH, desde el cambio de horario, refiriéndose a cuando era vespertino hasta la venta del mismo.
Como mensaje sugiere a sus compañeros que se esfuercen y valoren su trabajo como él lo hace desde más de treinta años.
El compañero Adriano es un ejemplo de trabajador que tiene la camiseta de ÚH muy bien puesta, aunque también le gusta mucho vestir la casaca de su club del cual es fanático, Guaraní.