Del frío de un país prestado al calor del terruño añorado. Ya sea por razones de estudios, económicas o por decisión propia, uno se ve obligado a abandonar su casa, sus amigos, sus afectos, su propia historia construida en su patria.
Entonces elige irse lejos, a otro país u otro continente en busca de mejores horizontes. Pero en el corazón late siempre la añoranza y el recuerdo de la patria que espera. Por eso, el reencuentro al volver es como un renacimiento, que permite una mirada distinta y la nostalgia cede con la sonrisa.
Miradas, abrazos, besos y lágrimas fueron un solo un sentimiento ayer, cuando empezaban a aparecer los paraguayos que llegaron en el vuelo de las 13:55.
Antes de que apareciera el primer viajero, decenas de personas aguardaban a sus familiares en el hall de la terminal aeroportuaria Silvio Pettirossi.
A ambos lados los carteles de “te quiero”, “te extraño, mamá”, “bienvenida...” y varios más recibían a los paraguayos llegados mayormente desde España.
La espera se hizo más larga de lo habitual, ya que el vuelo debió arribar a las 07:00 de la mañana. Sin embargo, llegó cerca de las 14:00.
Los familiares esperaban a ambos costados de la salida principal y también en la escalera que va al segundo piso. El hall de la estación parecía una gradería llena al tope y los presentes eran como fanáticos a la espera de un partido importante.
Con la expectativa a flor de piel y luego de recorrer 600 kilómetros, Gloria Barreto esperaba a su hija Patricia Cambra, que luego de 14 años regresaba al país para pasar las fiestas. Pero ella no venía sola. La acompañaban su esposo de nacionalidad rumana y sus dos nietos, de cinco y 11 años a quienes abrazaría por primera vez.
Gloria, quien llegó desde Concepción, adelantó que dará mucho cariño a sus visitantes que estarán 20 días. Sobre todo a sus nietos a quienes dice malcriará durante su estadía en el país.
Jacinta Morel tenía en mano un cartel y con ella otros miembros de la familia esperaban a Zunilda Morel, quien luego de cinco años volvía al país. “Siento mucha emoción. Me supera mucho este momento. Es un ser querido que está lejos y luego de mucho tiempo viene a compartir, más aún que es el cumpleaños de mi mami que cumple 72”, dijo con la voz entrecortada.
Cristian Dávalos era parte de la comitiva de 10 personas que esperaban a su hermano Lorenzo, quien trabaja como profesional de la construcción en España y vino de vacaciones. “Luego de ocho años es la primera vez que vuelve. Para nosotros es un muy emotivo. Mi madre vino de Argentina. También están las tías, los primos. Estamos como 10 esperando”, dijo.
Recién bajado del avión, Fernando Portillo, quien es auxiliar de enfermería en Las Palmas (Canarias), mencionó que anhelaba ese momento de abrazar a sus seres queridos.
“El anhelo de cada inmigrante que vive fuera del país es venir a encontrarle a tus seres queridos vivos. Estoy muy feliz, esta es una satisfacción de aquí al cielo”, dijo al pisar suelo paraguayo luego de una década.
En lo que va del mes 29.859 personas ingresaron al país por el aeropuerto de Luque, según Migraciones, 7% más que el año anterior.
Después de unas semanas, los inmigrantes volverán a su destino actual. Los despedirán abrazos, besos, lágrimas y un hasta luego y sabrán que en el fondo, nadie termina yéndose de su país del todo.