Si bien el suicidio se produce en todo el mundo y puede ocurrir a cualquier edad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que a nivel mundial las tasas de suicidios son más altas en personas de más de 70 años, mientras que en algunos países es la principal causa de muerte en jóvenes de entre 15 a 29 años.
Los hombres tienden más que las mujeres a tomar la decisión drástica de quitarse la vida. En países americanos la diferencia varía de 2 a 6 veces más en las tasas de los hombres respecto a las mujeres.
Sin embargo en el continente americano el índice estimado de suicidio es de 7,3 por cada 100.000 habitantes, una cifra baja en comparación a otras regiones.
A nivel mundial los suicidas recurren con mayor frecuencia al envenenamiento con pesticidas, mientras que en América las armas de fuego constituye el método utilizado en el 46% de los casos.
Para el organismo la limitación del acceso a los pesticidas y armas de fuego puede ayudar a evitar que las personas mueran por suicidio, sumado a un plan de acción por parte de los gobiernos.
Si se detectan las señales a tiempo, los suicidios se pueden evitar. No se trata de una enfermedad en sí mismo sino de una conducta producida por trastornos mentales preexistentes, como los cuadros depresivos, así como la esquizofrenia, trastornos de persecución severos, y los asociados a uso de drogas.
Los pacientes terminales con patologías dolorosas que no tienen muchas alternativas para seguir con vida, suelen tomar este tipo de decisiones.
Señales para detectar un posible caso suicidio
Uno de los primeros síntomas de la persona que tiende a suicidarse es el cambio brusco de su comportamiento o apariencia, hacer chistes, escribir o hablar sobre la muerte o el suicidio; la disminución del desempeño en la escuela o en el trabajo; pérdida de interés que normalmente le importan; estados depresivos, alcoholismo e intentos de suicidios.