Al respecto, Recalde explicó que la posición sería lógica si esto fuera un negocio que se montó y que no funcionó cómo esperaba, por lo que se cerró luego de distribuir los compromisos a pagar. Pero Yacyretá seguirá operando por 50 años más y se necesita un método que asegure su funcionamiento rentable.
“Un ejemplo. Entre los dos montamos un supermercado y somos dueños mitad y mitad. Por algún motivo, una de las partes estuvo haciendo más el retiro de las mercaderías. De repente nos damos cuenta de que estamos en quiebra y decimos cerramos este negocio, y vamos a ver cómo nos repartimos la deuda que dejamos. Lógicamente se va a pagar en la proporción de quién retiró más, pero esto no es un supermercado o una fábrica que se va a cerrar, esto continúa”, aseveró el ingeniero.
Agregó que se están haciendo trabajos de reparación y rehabilitación de las máquinas, un proceso que llevaría unos años más, pero al concluir esas intervenciones la central va a tener cinco décadas más de vida útil, que incluso se puede extender.
“La recaudación de 50 años, más de USD 40.000 millones, eso se va retirar mitad y mitad en el futuro. Tenemos que cerrar el objetivo sobre que queremos solucionar el problema de la entidad. El Paraguay no le debe un solo dólar al Gobierno argentino por este emprendimiento, ni a nadie. La propia entidad es la que tiene que pagar su deuda y va a pagar por la venta de energía”, remarcó.
DEMORARÍA MÁS. El director indicó que se recibieron muchas críticas porque el equipo negociador del Poder Ejecutivo tardó tres años para encontrar un pacto con los argentinos. Si se asume esta posición de exigencia va a llevar mucho más tiempo, por lo que no sería una postura bien argumentada, manifestó.
El Congreso debe tratar aprobar o rechazar el acuerdo financiero de Yacyretá, firmado por los presidentes Horacio Cartes y Mauricio Macri.