“El Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) requiere el inmediato y más amplio debate público de la situación suscitada con el traslado unilateral de la Embajada paraguaya en Israel y que el Gobierno rectifique su decisión por la evidente contradicción con los principios de nuestra política de Estado en materia de relaciones internacionales”, afirma Efraín.
Agrega que la resolución de Cartes “exigía contar con un consenso de al menos las principales fuerzas políticas, previo debate ante la opinión pública”. “Esta errada decisión, por sus efectos, alimenta el conflicto y apoya el derecho de conquista por actos de guerra, contradiciendo los principios establecidos en los artículos 141 a 145 de nuestra Constitución Nacional”, argumenta el presidente del PLRA.
Asimismo, Efraín se refiere a algunos senadores liberales (llanistas) que se alinearon con la “determinación unilateral” del mandatario y subraya que este apoyo es contrario al estatuto del PLRA.
“Responsabilizamos al actual Gobierno y los senadores del Paraguay que apoyan esta iniciativa por desconocer una decisión expresa del pleno de las NNUU”, acusa Alegre, recordando que en diciembre del 2017 la mayoría de los países de las Naciones Unidas votaron en contra de la decisión de EEUU, una medida que es continuidad de otras resoluciones en este mismo sentido desde 1947.
MOTIVOS. El presidente del PLRA explica en el comunicado por qué se necesita consenso para mudar la Embajada, ya que se trata de “un acto de reconocimiento de soberanía sobre un territorio en disputa”. “No es una simple decisión del presidente, es una posición de Estado”, señala.
Añade que la decisión de Cartes “coloca a nuestro país en una posición de beligerancia en un conflicto que requiere mediadores y buenos componedores”, y con ella “disminuyen las posibilidades de alcanzar la paz”.
Asimismo, Alegre expresa que con el traslado de la Embajada “se desconoce la demanda de los palestinos, musulmanes y otras creencias sobre los lugares históricos y santos para su religión”, como lo es Jerusalén.
“El hecho de reconocer a Jerusalén como capital de Israel es un acto de agresión a Palestina y a los creyentes musulmanes, incentiva un conflicto internacional (quizás el más grande y complejo de los tiempos modernos), que compromete la paz en el Medio Oriente, pero que también se extiende a la guerra internacional de terror religioso que enfrentan cristianos, judíos y musulmanes”, apunta el comunicado.