Para darle el gusto al jefe. Jefe le llaman los de su entorno íntimo, que podrían llamarlo por su nombre, ya que tienen bastante confianza con él. Para mantener las formalidades, podrían llamarlo presidente, pero no: a él le gusta jefe y jefe ha de ser. Aparentemente, lo llaman así porque él es el que manda, el que tiene la sartén por el mango; solo aparentemente.
El jefe llegó a la presidencia para disciplinar a los colorados. Hoy vemos que lo han disciplinado a él los colorados; mejor dicho, un grupo de colorados, los del sector más prebendario del partido.
Ellos lo complacen en todo lo que puede halagarlo, y así lo utilizan para conservar una posición de poder dentro de la administración pública, fuente de inagotables beneficios.
¿Quién utiliza a quién? Los sumisos colaboradores del jefe son mucho más letraditos de lo que parecen.
Ellos, sin el financiamiento del jefe, pueden terminar su carrera política abruptamente. Él, por su parte, hizo todo lo que podía hacer entre agosto de 2013 y agosto de 2016; no lo que había prometido hacer ni lo que hubiera debido hacer. Por eso ha llegado al Paraguay el cartel de Sinaloa, quizás atraído por las declaraciones de prensa de López Corradi y de Jarvis Pavão.
Inseguridad. Cuatro secuestrados, ocho militares muertos, como el aumento de la inseguridad, de la crisis comercial, de la desigualdad y de la deuda pública no consolidan la popularidad del jefe; o sea de Horacio Cartes, por si no ha quedado claro. Él, a partir de ahora, va a hacer aún menos de lo ya hecho, porque ha comenzado la carrera para las elecciones de 2018.
Desde un punto de vista práctico, lo que más le convendría a él es retirarse, porque ya ha blanqueado su fortuna y podrá vivir en paz como Wasmosy, Lucho y Nicanor. Sin embargo, los de su entorno le dijeron que es la reencarnación del mariscal López y él se lo creyó.
Por liga, el jakare se ahoga. De ahí las intentonas de reelección, que no sabemos cómo van a terminar. Sin duda, ha disminuido mucho la popularidad de Cartes entre los colorados, porque ya está claro que quiere privatizar el partido, pero él puede utilizar como rueda de auxilio al PLRA; si la rueda está pinchada, podría ponerle un parche con el Frente Guasu.
¡Yo no sé cómo no se dan cuenta de esto mis amigos del FG! Su lógica pareciera ser: por ahora, vamos a ser oportunistas y apoyar la reelección de HC, para ganarle en 2018. ¿Quién dice que le van a ganar? Por cierto, la gente compara y ve que se vivía mejor con Lugo. Sin embargo, la gente descontenta con Cartes también está descontenta con las maniobras tramadas a espaldas del pueblo, y no le van a perdonar al FG el entrar en componendas con Cartes, sabiéndose cómo se compran y se venden los votos en el Congreso.
Reconozco que Lugo está primero en las intenciones de voto; justamente por eso no debería ser un obstáculo a la formación de una alianza de los sectores democráticos, los que no buscan prebendas sino el bien del país.
A esos sectores pertenece la multitud que llenó la plaza hace unos días para repudiar la tentativa de violar la Constitución por HC y su círculo áulico, a la que no debe sumarse nunca el FG.