Acosta es juzgado por homicidio doloso, sospechoso de ser uno de los autores materiales del crimen, pero su proceso se lleva a cabo en Brasil, ya que el hombre cuenta con doble nacionalidad y la Justicia de ese país no admite la extradición de sus conciudadanos.
La diligencia se concretó en la sede de la Fiscalía General del Estado y asistieron el fiscal Vicente Rodríguez, el director de Asuntos Internacionales Manuel Doldán Breuer y el juez Penal de Curuguaty Carlos Martínez, informó el Ministerio Público de nuestro país.
El acusado, quien declaró posteriormente, es procesado en el 13° Juzgado Federal de Curitiba, estado de Paraná (Brasil). La Justicia brasileña admitió la acusación del Ministerio Público Federal mediante las pruebas otorgadas por el Ministerio Público paraguayo y, luego de esta instancia, deberá decidir si el caso se eleva o no a juicio oral y público.
El próximo viernes proseguirán las declaraciones de testigos, según anunció el Ministerio Público.
El fiscal del caso, Vicente Rodríguez, comentó que estas personas ya habían declarado en el juicio contra el ex intendente de la ciudad de Ypejhú, Vilmar Acosta Marques, condenado como instigador a 29 años de pena privativa de libertad, con 10 años de medida de seguridad, y en el marco de esta causa se había pedido la extradición de Flavio Acosta, que fue negada.
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Entre los testigos se encuentra Arnaldo Cabrera, quien fuera chofer de Vilmar Acosta y que fue condenado a cinco años de cárcel por omisión de dar aviso de un hecho punible. También fue considerado testigo clave.
Flavio Acosta, sobrino del ex jefe comunal, está recluido en Brasil desde el 9 de enero de 2016, cuando cayó en manos de policías en la localidad de Pato Branco, del estado de Paraná. Se expone a una pena de 30 años de cárcel, que cumpliría en el vecino país.
El agente detalló que Cabrera aclaró dudas expuestas por la jueza brasileña sobre la forma en que se desarrollaron los hechos y la participación que tuvo, también acerca de la línea telefónica habilitada a su nombre, que habitualmente usaba Vilmar, así como la llamada que había recibido después del hecho, y que le deriva a su patrón. El ex chofer contó que escuchó decir que el trabajo estaba hecho.
El asesinato de Medina y Almada sucedió el 16 de octubre de 2014, en un camino vecinal de Villa Ygatimí, Departamento de Canindeyú.