16 abr. 2024

Mamá cultiva: Amor, salud y cannabis medicinal

VIDEO | Como muchas otras madres paraguayas, Cynthia Farina dedica todos sus recursos al mayor de sus sueños: mejorar la calidad de vida familiar y por consiguiente la de su hija Verónica, una niña que desde hace 5 años padece de epilepsia refractaria y cuyo acceso al derecho a la salud no se encuentra garantizado debido a incongruencias legales.

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Cynthia y su hija Verónica en la comodidad de su hogar. Foto: Gentileza

Por Pedro Lezcano | @pedritolezkano


Guiada por grandes sentimientos de amor, Cynthia Farina, analista de sistemas de profesión, ha tenido que dejar su anterior vida laboral para dedicarse de lleno a la causa de la menor de sus hijas, la suya y la de un montón de padres y progenitores quienes junto a la misma se van formando y organizando en pos de —más pronto que nunca— conseguir algo que la región del Cono Sur poco a poco debate con más fuerza.

Se trata de la siembra legal de la planta de marihuana para uso netamente medicinal, o mejor dicho, el autocultivo del cannabis con fines terapéuticos, en detrimento del uso de fármacos sintéticos importados de costos elevados y poca respuesta beneficiosa a largo plazo.

O al menos es eso lo que ella afirma desde su posición de madre, que en decisión conjunta con su marido ha optado desde abril del 2016 por la alternativa que le ofrece el aceite de cannabis que ella misma prepara.

“A partir de que Verónica empezó a usarlo, yo he notado muchísimos cambios, mejoras cognitivas y motrices que ella no tenía antes, cuando estaba totalmente desconectada y no tenía fuerzas para sostener cosas en las manos o no podía caminar mucho ni intentar correr para jugar con sus hermanitos”, cuenta Farina en entrevista exclusiva para este medio.

“Antes tenía muchos temblores por los fármacos, los sintéticos fuertes que consumía, pero ahora con el uso del aceite casero nosotros vemos los cambios que ella sufre y puedo afirmar que sí, que realmente funciona”, sostiene.

Vero vive con la enfermedad desde los 6 meses de edad, cuando luego de aplicarse una vacuna hizo fiebre y dio pie al calvario que hoy parece encontrar parte de su solución, luego de un sinnúmero de intentos fallidos por sanarla con pastillas que nunca pudieron frenar la cantidad de convulsiones sufridas (12 ingresos a terapia intensiva) en tan corta edad.

EL AMOR MÁS GRANDE: EL MATERNO


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Cynthia conoció los supuestos dotes de la planta a través un artículo virtual, el cual despertó su curiosidad y motivó junto a su compañero de vida, informático por las mañanas y vendedor de chipas por la tarde (lo que sirve de colchón económico familiar), a iniciar una incesante pesquisa por foros, estadísticas y consultas con médicos.

Finalmente llegó el asesoramiento de la organización sin fines de lucro y con sede inicial en Chile, Mamá Cultiva, la cual lleva adelante cerca de 7.000 casos de uso de cannabis medicinal en niños y que hoy se estructura también en Argentina y Perú, ampliando el debate a las altas esferas de sus respectivos Gobiernos.

Nada fue casual. Después de tres años de documentales, comentarios virtuales y consultas con neurólogos y conocidos, Cynthia y su esposo llegaron a un paciente que también se trata otra enfermedad con aceite canábico.

Ese hombre fue clave, pues el mismo le ofreció una muestra gratuita del lípido y desde entonces todo cambió. Farina le atribuye el sublime hecho a una acción divina, teniendo en cuenta que ya no veían solución en ninguno de los fármacos legales conocidos.

“Nosotros sabíamos que Dios nos iba a proveer algo para que mi hija esté bien y por suerte ese día llegó. Ahora buscamos que tenga la vida más normal posible, en la escuela y con sus hermanitos, pero también sabemos que es solo el comienzo y que necesitamos de la ayuda y la voluntad del Estado”, indica al respecto.

“Nosotros queremos que se despenalice el autocultivo. Con base en nuestra experiencia, creemos que eso es lo mejor: poder plantar nuestras propias matas, darles el amor que necesitan desde que son semillas, darles los mejores nutrientes hasta que llegue el proceso de la cosecha, cuando ya podemos hacer el aceite para nuestros hijos. Necesitamos también la libertad de importar las cepas que no tenemos en nuestro país, los niños con epilepsia refractaria necesitan de cepas altas en CBD (cannabidiol) y las de aquí contienen mayor THC (tetrahidrocannabinol)”, agrega.

Según unos estudios de Kalapa Clinic de España, el CBD precisa del THC para su efecto neuro-regenerador, además de sus otros componentes, pero el porcentaje del CBD tiene que ser mayor, sin que esto implique ignorar los otros compuestos que la marihuana posee.

Eso es lo que hace la diferencia con los medicamentos importados que, además de su alto costo, dejan de lado ciertos compuestos, generando después fuertes efectos colaterales, aunque la industria farmacéutica también ve un buen negocio en esto y, por ende, lo intenta ocultar.

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Foto: Mamá Cultiva Chile lleva el debate a las altas esferas del Gobierno.


“NO SOMOS NARCOS NI DELICUENTES NI DROGADICTOS”

En 1988 el Congreso Nacional sancionó la ley 1.340, que modificó y actualizó la 357/72, por lo que en Paraguay no se permite a los ciudadanos tener macetas en sus casas, aunque ciertamente la misma legislación permite la portación para consumo personal de hasta 11 gramos. Con tal cantidad no es posible conseguir una proporción considerable del preparado medicinal.

“Hay mucha ignorancia, pero como grupo de padres nosotros damos nuestros testimonios de que sí funciona, expresamente para el uso medicinal. No por el hecho de que nosotros utilicemos el aceite de marihuana con nuestros hijos somos narcos, delincuentes o drogadictos. Drogadictos eran nuestros hijos antes de usar el aceite”, comentó visiblemente emocionada la madre.

“No podemos cerrar los ojos y decir que la planta es un diablo, porque tiene demasiados beneficios. No es un capricho, hemos probado todo tipo de medicamentos y nada ha conseguido el mismo efecto”, finalizó.

Una reciente investigación del diario Última Hora, publicada el pasado 8 de enero, registró a ocho departamentos del país como lugares de plantación a niveles industriales del producto, pese a la guerra contra carteles de traficantes que no pareciera tener fin y que tampoco deja de regar sangre en varios distritos.

Quizás llegó el momento de empezar a optar por otra manera de encarar este problema de salud pública y seguridad nacional, pero mientras ese momento espera, Cynthia seguirá accediendo a la materia prima por la vía de donaciones de personas que comprenden aquella frase alguna vez utilizada por el activista Mahatma Gandhi: “Cuando la ley es injusta, lo correcto es desobedecerla”.

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