21 may. 2024

La satanización, la culpa y las políticas públicas potencian la obesofobia

EFE

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Latinoamérica y el Caribe registra aumento de obesidad en su población. |Foto: pixabay.com.

CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO

Satanizar o estigmatizar las prácticas alimentarias y culpar a los individuos por su sobrepeso sin pensar en las políticas públicas derivan en la obesofobia, situación que se ha normalizado en la sociedad, advirtió hoy el experto José Alberto Rivera Márquez.

“Es un error satanizar los alimentos. Las personas obesas no pueden ser consideradas irracionales, irresponsables e ignorantes o que son culpables de su enfermedad”, señaló Rivera Márquez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en un comunicado.

La obesofobia alude al miedo o desagrado exagerado a la gordura propia o la de otros.

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De acuerdo con el catedrático, el Estado y otros actores necesitan abordar el análisis del problema alimentario desde un enfoque de derechos humanos, de lo contrario, “se mantendrá una política que, sin éxito, culpabiliza a sujetos y responsabiliza a consumidores”.

Rivera manifestó que las estrategias publicitarias de la oferta de alimentos y bebidas, la pobreza y la desigualdad, la carencia de espacios para hacer actividad física, la inseguridad alimentaria, los accesos inadecuados a servicios de salud y el bajo nivel escolar inciden en este problema.

El coordinador de la Maestría de Medicina Social de la UAM-Unidad Xochimilco realizó un estudio de la oferta de alimentos y bebidas en zonas de la Ciudad de México con presencia de escuelas primarias con desarrollos social alto, medio, bajo y muy bajo.

El estudio demostró que en dichos lugares la suma de las influencias en el entorno inciden en la promoción del sobrepeso de la población y que la oferta y la publicidad de alimentos y bebidas es más abundante en las zonas con mayor marginación.

“Esto quiere decir que, a medida que el barrio presenta más pobreza, hay un efecto de mayor cerco a las escuelas respecto de su entorno obesogénico (ambientes que fomentan la comida poco sana y el sedentarismo)”, argumentó.

El especialista expresó que el Gobierno debe replantear las políticas para el combate a la obesidad y el sobrepeso.

“Si bien es correcto hacer énfasis en la prevención de la obesidad y el sobrepeso, y en la promoción de la salud, esta debe ir más allá del autocuidado, de pensar que los sujetos no somos los únicos responsables de nuestra enfermedad”, apuntó.

Rivera Márquez recalcó que las políticas públicas y sociales no deben ir dirigidas exclusivamente a los sujetos.

“Si seguimos pensando que solo es a partir de una decisión de buena voluntad modificar hábitos, conductas y estilos de vida para solucionar el problema, estamos condenados al fracaso”, concluyó.

El número de obesos aumentó más del doble en el mundo

El número de obesos aumentó más del doble en 73 países desde 1980, provocando un fuerte incremento de las enfermedades vinculadas al sobrepeso, según un amplio estudio publicado recientemente.

En el 2015, 107,7 millones de niños y 603,7 millones de adultos sufrían de obesidad en el mundo, determinaron los autores de este trabajo publicado en la revista médica estadounidense New England Journal of Medicine y presentado en una conferencia en Estocolmo.

Aunque la incidencia de la obesidad en los niños es menor que en los adultos, su aumento ha sido más rápido en este periodo de 35 años, precisan los autores del informe publicado en la revista médica New England Journal of Medicine

Un índice de masa corporal elevado (IMC, peso dividido por la estatura al cuadrado), superior a 24,5, indica un sobrepeso, y a partir de 30 se habla de obesidad.

Se estima que cuatro millones de muertes en el mundo estuvieron vinculadas al sobrepeso en el 2015, de las cuales el 40% correspondería a personas no consideradas obesas.

Más de dos tercios de estas muertes tenían un IMC elevado, factor responsable de enfermedades cardiovasculares, cuyo aumento es igualmente notable desde 1990.

Los resultados de este estudio, que abarca a 195 países y territorios, muestran “una crisis creciente y preocupante de la salud pública a nivel mundial”, señalan los autores.

“Las personas que no prestan atención al aumento de peso asumen los riesgos y peligros: corren el riesgo de tener una enfermedad cardiovascular, diabetes, un cáncer y otras patologías que pueden poner su vida en peligro”, advirtió el doctor Christopher Murray, director del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington de Seattle (noroeste), uno de los coautores de este estudio.

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