El ensamblaje del majestuoso decorado del altar que usará el papa Francisco en la misa de Ñu Guasu avanza sin contratiempos, frente a uno de los hangares del predio de la Fuerza Aérea.
Ayer, el equipo dirigido por el artista misionero Koki Ruiz completó la carga de la parte superior del retablo.
Con ayuda de un brazo de grúa levantaron primero la cruz de metal, revestida en su interior con espigas de maíz y zapallos. Con cabos de acero aseguraron, de los fuertes vientos de la zona, la pieza hecha por el herrero artístico Marcial León.
Posteriormente montaron el escudo jesuita IHS, símbolo que representa a la congregación de la que forma parte el Santo Padre.
Este componente cuenta con tres metros de altura y está compuesto de tres placas. “Es la pieza más pesada de todas”, dice Koki, al señalar que todas las partes del retablo están a prueba de lluvia, ya que están impermeabilizadas con barniz.