El feroz embotellamiento se debió a la presencia de miles de campesinos en la zona del Congreso, quienes marcharon en demanda de varias reivindicaciones, y a los trabajos de pavimentación de Eligio Ayala, en el cruce con Estados Unidos.
Si bien se contó con la presencia de agentes municipales de tránsito, la imprevisión de prohibir el estacionamiento de automóviles a ambos lados de la calzada, complicó aún más la fluidez en la circulación.
Desde la Dirección General de Obras de la Comuna capitalina indicaron que existe un cronograma que se debe cumplir y que el paso de rodados en las zonas de tareas está controlado por uniformados de la PMT para encauzar la marcha.