La vacunación es un derecho que debe ser garantizado en el país para reducir las consecuencias de las enfermedades que incluso pueden llegar al fallecimiento, pero también tiene importantes consecuencias para la economía. La población debe conocer los efectos positivos para concientizarse sobre la relevancia de vacunarse y colaborar con la política pública. Es un derecho, pero también es una obligación ciudadana colaborar con el éxito de la política sanitaria, ya que sus beneficios van más allá de los individuales porque afectan a toda la población.
El último brote con transmisión autóctona de sarampión en Paraguay se registró en el año 1998. En 2023, el país notificó un caso confirmado de fuente de infección desconocida. En los últimos días, se registraron varios casos en el Departamento de San Pedro, lo que pone a ese departamento y al país en riesgo por la renuencia de personas de la comunidad a la vacunación.
Nuestro continente fue declarado libre de sarampión en 2024, incluso tras el restablecimiento de la transmisión endémica en Brasil y Venezuela en los años 2018 y 2019. Recientemente, la identificación de múltiples brotes y casos de sarampión, incluidos algunos fatales, en países y territorios de la Región, coloca nuevamente en riesgo el logro de eliminación, incluyendo a Paraguay.
Las vacunas reducen el riesgo de contagio o el agravamiento de la enfermedad una vez adquirida. La viruela ha sido completamente erradicada a nivel mundial gracias a la vacunación, mientras que otras enfermedades como la difteria, el tétanos, la tosferina, la poliomielitis, el sarampión, la rubéola, la papera y la varicela fueron reducidas drásticamente en incidencia y gravedad. En Paraguay el último caso de polio fue registrado en 1985, de rabia humana en 2004 y de rubéola en 2005, ejemplos del éxito de la vacunación.
La vacunación tiene, además, un alto impacto económico, ya que al prevenir de manera barata las enfermedades contribuye a la estabilidad económica y reduce los costos de la enfermedad tanto a la familia como al sistema público de salud.
La prevención de las enfermedades siempre tiene menores costos que la internación y la medicación. Algunos estudios señalan que por cada dólar invertido en vacunación, se ahorran entre USD 16 y USD 44 en costos de atención médica, pérdida de productividad y gastos asociados a enfermedades.
Otros resultados positivos son en la acumulación del capital humano, ya que niños y niñas vacunados tienen menor prevalencia de enfermedades, menor ausentismo escolar, mejor desarrollo cognitivo y mayor rendimiento escolar. Al ser las poblaciones más pobres las más afectadas por enfermedades prevenibles, las vacunas contribuyen a los objetivos de reducción de desigualdades. En el ámbito laboral, las empresas con trabajadores vacunados tienen menor ausentismo y presentismo.
La erradicación de enfermedades libera recursos sanitarios, permitiendo mayor inversión en otros sectores y cuando aparecen tienen alto costo económico. El impacto económico estimado del brote de Ébola en 2014 en Guinea, Liberia y Sierra Leona osciló entre USD 30 y 50 billones.
Los estudios también señalan que cuando las personas conocen los costos personales o individuales de las enfermedades tienen mayor predisposición a vacunarse lo que beneficia no solo a la persona y su familia, sino a toda la población y la economía. El MSPyBS debe garantizar vacunas e implementar una fuerte campaña de vacunación de manera a prevenir brotes y sus consecuencias negativas.