Entre risas, curiosidad y ojos bien abiertos, niñas, niños y jóvenes exploraron durante las Vacaciones Científicas 2025 un universo de conocimientos a través del juego, los cuentos, los experimentos y la tecnología.
En aulas convertidas en laboratorios y espacios ambientados con colores y personajes, los participantes armaron rompecabezas sobre murciélagos, programaron robots con placas Arduino, mezclaron sustancias sumergiéndose en el mundo de la química.
La iniciativa, impulsada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en articulación con universidades y centros científicos, propuso actividades gratuitas y participativas para despertar la vocación científica desde edades tempranas.
Una de las experiencias más valoradas fue el taller de cuenta cuentos, realizado en la sede del Conacyt, donde cerca de 100 niñas y niños escucharon relatos basados en investigaciones científicas paraguayas.
Las escritoras María Irma Betzel y Laura Ferreira narraron las historias de Guardianes de la noche, protagonizadas por murciélagos, búhos y urutaús, que enseñaban sobre el rol ecológico de estos animales mediante dinámicas lúdicas como juegos, dibujos y rompecabezas.
“Cuando vimos la actividad, la anoté porque sabía que le iba a gustar”, expresó Luz López, madre de una participante, quien destacó que todo el lugar estaba decorado y a los niños les encanta eso. ‘‘Es una forma muy agradable de enseñar fuera de las pantallas”, agregó.
PEQUEÑOS CIENTIFICOS
Del 16 al 18 de julio se desarrolló también la edición 2025 de Pequeños Científicos, coordinada por la Facultad de Ciencias Químicas de la UNA, donde los participantes recorrieron estaciones de Física, Química, Biología, Matemáticas, Microbiología y Nutrición, acompañados por docentes y estudiantes universitarios.
“Tener este tipo de espacios es un gran impulso para que nuestros niños y niñas conozcan que existen carreras científicas y que en Paraguay se hace ciencia de primer nivel”, opinó Magalí, madre de dos participantes.
En el mundo de la tecnología, el Curso de Arduino fue una de las propuestas más esperadas por adolescentes y jóvenes de entre 14 y 30 años, quienes del 15 al 17 de julio aprendieron a crear proyectos de robótica y programación con esta plataforma de código abierto. La actividad fue organizada por el Benjamin Franklin Science Corner, la Embajada de los Estados Unidos y el IEEE RAS de la UNA, en el marco de Vacaciones Científicas.
Las Vacaciones Científicas forman y seguirán recibiendo a más chicos esta semana. Los